miércoles, 21 de octubre de 2009

Los Bancos de buena fe se extienden por todo el país

Publicado por diario La Nación de Buenos Aires, Argentina. Sábado 17 de octubre de 2009. Suplemento Comunidad

Hace 10 años, durante un viaje por Neuquén, el padre Raúl Troncoso se encontró por casualidad con el libro Un mundo sin pobreza, de Muhammad Yunnus, sin saber que eso cambiaría su vida y la de cientos de pobladores de la provincia de Buenos Aires.
De regreso a la iglesia del Santísimo Sacramento, en Tandil, y luego de empaparse con la visión de Yunus sobre los microcréditos, Troncoso decidió apostar por una iniciativa local y crear el Banco de la Buena Fe.
"Utilizamos una metodología propia que fuimos modificando a medida que íbamos aprendiendo", explica Troncoso.
Hoy, esta iniciativa exitosa se ha extendido por las zonas aledañas y llegó a 22 bancos que tienen como finalidad financiar emprendimientos productivos, comerciales y de servicios de 380 vecinos.
Los créditos se otorgan a un grupo de cinco personas (hombres y mujeres que no tienen que ser familiares) que presentan un proyecto productivo. La garantía es solidaria, esto quiere decir que todos son responsables de los pagos de los demás. "Semanalmente se van devolviendo pequeñas sumas del préstamo y tenemos una cobrabilidad de casi el 98%", señala orgulloso Troncoso.
Su área de influencia abarca las zonas de Tandil, Rauch, Ayacucho, Benito Juárez. Tres Arroyos, San Cayetano, De la Garma, Chávez, Miranda y Barker.
Carpintería, cría de pollos, venta de ropa y artículos de librería, así como servicios de gasista y electricista son algunos de los emprendimientos que cobraron vida gracias a este sistema.
"Los microcréditos son un arma muy fuerte que potencia la educación popular porque los va uniendo mucho. Además, los ayuda a revalorizarse y a saber que pueden crecer. Tenemos experiencias en zonas rurales, con gente de barrios necesitados y otros de clase media que cayeron en la pobreza", agrega Troncoso.
Para poder mejorar su trabajo se articulan con numerosas organizaciones sociales de cada lugar. Por ejemplo, la Fundación Promover brinda los promotores, que realizan el seguimiento de las iniciativas y visitan a los emprendedores en sus casas. Desde el sector público, se pusieron en contacto con Manos a la Obra, que aporta dinero para que puedan dar más créditos. "El excedente lo utilizamos para crecer y brindar igualdad de oportunidades. Hay mucha gente a la que le falta trabajo, pero si tiene la oportunidad sabe aprovecharla", explica Troncoso. Además, agrega que la demanda es cada día más fuerte, porque cada vez se conoce más lo que hace, y eso les otorga más credibilidad.
Al definir la filosofía de los bancos, Troncoso explicó que se basa "en la confianza, los esfuerzos mutuos, la capacidad de emprender y la posibilidad de reconocerse como personas". "Permite generar una herramienta de educación popular donde trabajamos con total libertad y sin sentirnos presionados por nadie", consideró.
Gracias al crecimiento de esta herramienta, en 2008 se fundó la Red Nacional de los Bancos de las Buena Fe ( www.redbancodelabuenafe.org ), un espacio conformado por organizaciones de la sociedad civil de todo el país vinculadas a través de la propuesta del Banco Popular de la Buena Fe.
Sus objetivos son contribuir al desarrollo de proyectos productivos en sectores populares excluidos, incorporando el microcrédito como herramienta; fortalecer la ciudadanía, promoviendo instancias de capacitación, desarrollo organizacional y formación de líderes en el marco de la economía social y la educación popular, y mejorar los procesos de inclusión social en el marco del desarrollo local, articulando los sectores social, público y privado.
Para facilitar la organización, la red nacional se reúne en redes regionales que agrupan a las organizaciones de cada región. Actualmente las redes regionales son NOA, NEA, Cuyo, Córdoba, Patagonia, Dos Orillas (Entre Ríos y Santa Fe) y Buenos Aires.

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