domingo, 25 de octubre de 2009

Cura colombiano que rescata adictos con meditación

Diario La Nación de Buenos Aires, Argentina. Domingo 25 de octubre de 2009. Suplemento Enfoques

Gabriel Mejía, el cura colombiano que rescata adictos con meditación
En un país atravesado por la violencia ligada al narcotráfico, este sacerdote fundó los Hogares Claret, una red de centros que ya ha recuperado de la droga, la prostitución y la guerrilla a unos 45.000 jóvenes. Pero su gran hallazgo fue incorporar la meditación trascendental como uno de los ejes del tratamiento

El sacerdote colombiano Gabriel Mejía es uno de esos héroes silenciosos que suelen encontrarse en las sociedades violentas y conflictivas, sociedades en las que, como ocurre en su país, se entretejen de manera compleja flagelos como el narcotráfico y el sicariato. En 25 años de trabajo al frente de la Fundación de los Hogares Claret, creados por él, ha logrado recuperar de las garras de la drogadicción, el abuso y la violencia armada a unos 45.000 chicos.

Formado en la Congregación de los Misioneros Claretianos, este religioso ha impulsado ya la apertura de 54 centros a lo largo y a lo ancho de Colombia, que aplican desde hace diez años un recurso "revolucionario" para favorecer la reinserción de los adictos, jóvenes que, en Colombia, incursionan en un camino de violencia atroz desde una edad muy temprana: aplica la meditación trascendental como parte de la labor en las comunidades terapéuticas.

Días atrás, el padre Gabriel Mejía estuvo brevemente en Buenos Aires y Córdoba. Invitado por el Instituto Latinoamericano de Ciencia, Tecnología y Políticas Públicas, que preside el doctor Germán Martina, brindó una conferencia sobre "Comunidades terapéuticas" en Campana y en Córdoba hizo lo propio invitado por la Organización Cambio.

Un dato curioso en relación con los Hogares Claret es su calificación con las normas ISO 9000, que fija la Organización Internacional para la Estandarización (ISO) y que califica tanto la gestión continua de calidad como la calidad en sí. En este caso, de los programas que llevan adelante los Hogares Claret.

A sus 66 años, Mejía está dotado de una pasión contagiosa por su tarea, ardua y no siempre reconocida. Entre los videos sobre su obra que circulan por Internet hay varios que son conmovedores. En uno de ellos, toca el corazón de todos cuando dice: "Un niño jamás es un problema, sino una oportunidad". Y completa su reflexión con una expresión conmovedora: "Estoy convencido desde mi propia experiencia de que un niño es un potencial infinito. Las cosas en un niño son inéditas. En relación con ellos no podemos hablar de reeducación. Se los educa y se los habilita para la vida a través del amor. El amor es el medicamento contra toda enfermedad y contra toda violencia".

Luego de una vida dedicada a esta tarea, Mejía es una voz autorizada para hablar sobre lo que habla: las adicciones perniciosas de la sociedad actual, la falta de derechos de los adictos que son enfermos sin cobertura adecuada, el preocupante asunto del narcotráfico extendido ya a la Argentina, la falta de políticas adecuadas para combatirlo y de políticas sanitarias para atender las consecuencias de la drogadicción.

Pero lo relevante de la obra de este religioso colombiano es que, desde hace una década, ha consolidado su labor terapéutica con el potencial probado de la meditación trascendental, un recurso creado por el maestro indio Maharishi, a quien los Beatles hicieron mundialmente célebre. Según Mejía, la meditación trascendental tiene como uno de sus beneficios el desarrollo de la conciencia, lo que permite descubrir en cada individuo nuevas potencialidades.

El padre Mejía tiene un cuadro de situación muy claro. Y conoce rotundamente el punto de partida: "Vivimos en un mundo de adictos -afirma-. Están los adictos al poder, los adictos a la violencia, los adictos al consumo, a las drogas, al sexo, a la comida...Estamos en una sociedad adicta en todos los niveles. Estamos dentro de una sociedad de doble moral, que señala y estigmatiza a un adolescente por consumir drogas, ignorando deliberadamente que ese chico es una víctima que quizá, en el futuro, se convierte en un victimario".

Millones de adictos

Dice el sacerdote que, "en la actualidad, el fenómeno de las adicciones es un problema grave porque en el contexto social tiene casi las características de una pandemia. Si hacemos un análisis de la realidad latinoamericana, casi el 7 por ciento de la población total es consumidora de drogas. Si tienes en un país 40 millones de habitantes, eso te da 3,5 millones de drogadictos. Es un grave riesgo para la salud pública".

El padre Mejía es rotundo al afirmar que "básicamente, el adicto es un enfermo de amor", y pone en la mira a los narcotraficantes cuando señala que "el narcotráfico no sólo está generando una desestabilización en las economías de nuestros países", sino que "las cosas son más graves cuando comprendes que el patrimonio de un narcotraficante puede representar el gasto de la deuda externa de un país".

La realidad de tan espinoso asunto, que parece tener una escalada imparable en países como México o, en menor medida, la Argentina, es que "se ha visto proliferar el problema con apatía por parte de los Estados, y el problema sigue allí, sin resolverse". Así, un tema que debería ser materia de políticas públicas es tomado por las ONG que, según el sacerdote, son la estructura de una sociedad civil que responde "arañando los recursos".

Con 54 centros terapéuticos en Colombia, Hogares Claret tiene actualmente en recuperación a unos 3500 chicos cuyas edades son tan cortas que espantan: desde los 8 años se hacen adictos y la saga de degradaciones se encadena: los adultos los prostituyen, los violan, los maltratan y la violencia parece un camino irremediable, que los más pequeños aprenden a recorrer como una forma de autodefensa.

Cuando conoció a Deepak Chopra, el padre Mejía no pensó que aprendería una de las herramientas que más alegrías le traería en la recuperación de adultos: la meditación trascendental. Al principio tuvo que superar muchos prejuicios porque, formado en el catolicismo, no le resultaba sencillo asimilar un método desconocido de desarrollo de la conciencia. Pero vivió su propia experiencia meditativa y, al final, los resultados fueron extraordinarios. No se trata de religiosidad, dice, sino de espiritualidad en sentido profundo.

Mejía debió sortear prejuicios y obstáculos, incluso en su propia congregación. Además, con el trabajo en comunidades terapéuticas en su bagaje, sabía sobradamente que el éxito depende de una sucesión de pasos en un largo proceso: "Si no hay un buen diagnóstico, no hay un buen tratamiento. Y sin un buen tratamiento no hay una rehabilitación", señala.

El primer ladrillo de los Hogares Claret se puso en 1984. Mejía vivía entonces en un edificio en cuyo portal dormían niños de la calle, sucios y drogados noche tras noche. En una reunión de vecinos en la que la mayoría de ellos propuso poner rejas para evitar que los chicos los asaltaran, el sacerdote propuso aplicar un lema claretiano que dice que hay que mirar lo más urgente, oportuno y eficaz. "Fui conociendo a muchos adultos con más entusiasmo que recursos. Cuando las obras son buenas y obedecen a las necesidades de los hijos de Dios, el Universo se ocupa de los detalles", cuenta. Así, agrega, llegaron el voluntariado, la solidaridad "y la bendición para todos esos chicos".

El mayor porcentaje de los adictos que llegan a los Hogares Claret son menores de 14 años. Pero hay también adultos, de ambos sexos. "La mayoría consume pasta base. Lo que ustedes llaman paco, que allá se llama basuco", afirma Mejía. En dos décadas el esfuerzo muestra sus frutos: 45.000 personas recuperadas. En un estudio estadístico realizado por la Fundación Hogares Claret consta que, en la última década, desde que se aplica en la comunidad terapéutica la meditación trascendental, el 76,9 por ciento de los recuperados "se ha mantenido sobrio, vale decir que no ha reincidido".

Y no sólo eso, porque la meditación muestra también otros resultados: "Los chicos muestran más coherencia y recuperan la alegría. Se les nota por lo que expresan en sus rostros", concluye Mejía. Y añade: "El amor logra que estas personas encuentren un sentido a sus vidas, una razón para ser y estar en la Tierra".

© LA NACION


Nombre y apellido: Gabriel Mejia
Edad: 66 años
Vocación sacerdotal: Nacido en Colombia, a los 14 años ingresó al seminario en la Congregación de los Misioneros Claretianos, se ordenó sacerdote y fundó, 25 años atrás, la Fundación de los Hogares Claret.
Logros y premios: Por su tarea, que a lo largo de los años logró la rehabilitación de 45.000 jóvenes, recibió importantes premios internacionales e incluso fue nominado al Premio Nobel de la Paz.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Cartonero campeón del mundo

Diario La Razón de Buenos Aires, Argentina

EL FUNDADOR DE LA RADIO FM LA MILAGROSA

Por su proyecto solidario en Ciudad Oculta, Juan Ramón Núñez recibió en Londres el premio al "Emprendedor del Año".

."El cambio que hubo entre salir a juntar cartones y caminar por las históricas calles de Londres fue cumplir hasta el sueño no soñado. Es como ganar un Mundial". Como no podía ser de otra forma, la referencia futbolera apareció cuando Juan Ramón Núñez, el ex cartonero que fundó la radio FM La Milagrosa en Ciudad Oculta, recibió de manos del príncipe Carlos de Inglaterra el premio al "Emprendedor del Año", dotado de u$s 5.000. La distinción que entrega la ONG Youth Business International fue recibida por el correntino de 34 años en el Palacio de Saint James, en Londres.

La historia de Núñez trascendió fronteras por su ejemplo de esfuerzo y compromiso. Y por no rendirse: quedó huérfano con apenas un año y enviudó a los 23 años. En ese momento, Juan Ramón conducía un programa de radio en Misiones y empezaba a soñar con una radio propia.

Llegó a Buenos Aires con su segunda mujer, Carmen, y trabajó de seguridad en un supermercado chino hasta que una bala hirió a un compañero. Empezó a cartonear con un carro prestado y así pagó el terrenito de Ciudad Oculta en el que vive con sus 8 hijos, su nieta, el yerno, su hermana y su mujer.

La radio comunitaria Fm La Milagrosa funciona en una parte de su casa desde 2004. Ese fue también el trampolín para que Juan Ramón abriera, con el apoyo de la Fundación Impulsar, The Light of Sound, que presta servicios de sonido e iluminación para eventos.

"Pudimos romper muchas barreras y demostrar que se puede salir adelante", dijo Juan Ramón en Londres tras cumplir "el sueño del pibe".

Contra la soledad y el sufrimiento

Revista diario La Nación, Buenos Aires, Argentina. Domingo 15 de noviembre de 2009

Menos camas psiquiátricas, y más salud mental comunitaria es el concepto que impulsa la OMS para enfrentar la enfermedad mental. Un grupo de profesionales gestó un modelo de atención psíquica que sigue esa premisa y apunta a la integración social

UNA BUENA IDEA. El psiquiatra Gustavo Lipovetzky, autor del proyecto

La cajera del supermercado pasa el fin de semana llorando. Su hija quedó con la abuela en Corrientes, la dejó para venir trabajar. Llora sábado y domingo. La extraña mucho. El lunes la cajera va a un hospital, busca ayuda. Es muy probable que le prescriban un antidepresivo para que esté mejor y no llore. Tal vez le sugieran una terapia. Una mañana, en el salón que parece recién estrenado, Gustavo Lipovetzky, psiquiatra, cita el hipotético ejemplo de la cajera. Quiere señalar que también existen otros recursos a utilizar. Dice: Pensamos que la soledad y el sufrimiento mental se pueden aliviar integrando recursos comunitarios a los tradicionales de la psicoterapia y la medicación.

Cuando habla con orgullo de "nosotros", habla de Proyecto Suma, la asociación que dirige. La integran psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, terapeutas ocupacionales, enfermeros, nutricionistas, neuropsicólogos y talleristas. Abrió sus puertas en mayo en la ciudad de Buenos Aires -donde muchos ven con preocupación las políticas de desinversión en salud-. No tiene fines de lucro, sí un objetivo ambicioso: ofrecer tratamientos y dispositivos para la integración social y laboral de quienes viven con alguna variante de sufrimiento psíquico. Trastornos afectivos, de pareja, crisis de pánico o dificultades severas como la esquizofrenia. Lipovetzky explica que la farmacología "ha sido determinante para aliviar el sufrimiento y, en muchos casos, mejorar la calidad de vida. Pacientes maníacos, con delirios o alucinaciones, pueden estabilizarse; los psicofármacos y la psicoterapia son muy importantes". Pero en muchos de estos casos los que logran la anhelada estabilización terminan en el sillón de su casa. Hacen zapping frente a la tele.

A fines de agosto estuvo en el país Benedetto Saraceno, Director del Departamento de Salud Mental y Substancias Abusivas de la Organización Mundial de la Salud (OMS). No se cansó de repetir la palabra "comunidad". Habló de invertir menos en camas psiquiátricas y más en salud mental comunitaria. "Salud mental comunitaria es entrar dentro de la comunidad, utilizar la riqueza de la comunidad", remarcó Saraceno. Lipovetzky retoma: "La deuda que tenemos en Salud Mental es integrar a esos pacientes con patologías severas en la red social y laboral. La enfermedad mental, por el nivel de estigma que hay en la sociedad y a veces en la propia familia, ensimisma y excluye al sujeto de los vínculos y trayectos del tejido social. Mucho más del laboral. No podemos hablar de curación hasta que alguien no tenga algún nivel de integración en la red social. Ahí radica la importancia del trabajo con la comunidad".

La OMS define la salud mental como un estado de bienestar en el que cada individuo puede desarrollar su potencial, manejar el estrés de la vida cotidiana, trabajar productiva y prolíficamente, y hacer una contribución a su comunidad. Proyecto Suma propone una estructura de cruces múltiples para albergar a quien no se sienta parte de esa definición. Consultorios externos, hospital de día, talleres -donde por ejemplo se aprende cómo armar un curriculum- , espacios de reflexión, club de fin de semana, un área de acción comunitaria, otra de docencia e investigación. Daniel Abadi -uno de los fundadores y coordinador junto a Gustavo Guardo, del Hospital de Día- explica que "muchas veces los pacientes vienen por consultorios externos con dificultades de inserción social o laboral. Al disponer de otras herramientas, un taller o el club de fin de semana, esa consulta ambulatoria no termina en un buen consejo o en una receta". Retomando el caso de la cajera del supermercado: "trataríamos también de ver cómo integrarla a algún taller o la contactaríamos con un grupo para que el sábado y el domingo tenga un espacio de encuentro". ¿Podría la cajera del súper costear un servicio así? Los integrantes de Proyecto Suma responden "sí", hablan de honorarios accesibles y becas.

La idea suena bien, recién está empezando a materializarse. Comenzó a gestarse hace más de dos años, entre colegas y amigos ?Gustavo Guardo, Martín Nemirovsky, Daniel Abadi, Luis Herbst y Martín Agrest? que se reunían a correr por Palermo. Al trote dieron forma a este proyecto. Invitaron a otros profesionales. Eduardo Leiderman, Silvia Wikinski, Carlos Lamela, Carmen Cáceres, Adriana Honig, Myriam Monczor, Sergio Giordano, Bemi Fiszbein, Silvina Schapira. "El grupo fundador está integrado en su mayoría por personas que trabajan en salud mental desde hace más de 20 años. Algunos nos recibimos hace 30. Nos conocemos de hospitales, congresos y jornadas. Muchos teníamos experiencia institucional previa. Una de las dificultades para concretar el proyecto era el financiamiento", cuenta Luis Herbst. A fin de 2007 consiguieron el aporte económico de un grupo de filántropos.

Romper el estigma
Proyecto Suma funciona en una casa en Belgrano. Bajo los techos vidriados de la galería, pacientes del Hospital de Día -los primeros quince- están reunidos a la mesa.

-¿Dónde es la presentación de tu muestra?-pregunta uno de los comensales frente a un humeante pastel de pollo.

-En el Teatro San Martín -responde alguien cuyas obras de arte se exhiben por estos días. Alguien es una de los 450 millones de personas que padecen trastornos metales y del comportamiento, según estima la OMS. Los problemas de salud mental constituyen cinco de las diez causas principales de invalidez a escala mundial. Y estos trastornos, entre los que se cuentan depresión, adicciones, esquizofrenia, trastorno bipolar, son tan importantes en los países en desarrollo como en los industrializados. No es un problema de ricos o pobres, sí de exclusión social.

Sentado a la mesa hay un joven con una de esas caras nacidas para galanes de cine. Tiene menos de 30, pantalones y camisa de marca, se excusa de no participar en la nota: "Disculpáme, estoy medio frágil. No quiero hablar por la vergüenza de mis familiares", dice con voz angelical. Más tarde se acercará: "No sé cómo definirlo, como el sufrimiento es inexplicable, el amor es inexplicable. Hay una frase de Shakespeare que dice que cuando la enfermedad alcanza la desesperación, se necesitan recursos desesperados o nunca más. Acá encontré esos recursos" dice, y sale al jardín.

El Día de la Primavera los pacientes del Hospital de Día repartieron esos plantines de aromáticas entre los vecinos. La idea fue trabajar dos ideas vinculadas a la reinserción. Por un lado el barrio. Por otro, el estigma de vivir con alguna dificultad de salud mental.

-Tené cuidado con estos. Están locos.

-De entrada nos preguntamos cómo abordar el barrio -dice Lipovetzky-. Queríamos evitar la estigmatización de nuestra institución. Tomamos el método de la vieja usanza de la Psiquiatría Comunitaria. Hicimos una lista de "potenciales agentes de salud". Panaderos, porteros, almaceneros. Los invitamos a una charla de inauguración y a comer empanadas.

"Encontré a mi hijo con un porro. ¿Qué debo hacer?". "Mi hijo está todo el día en la compu". Con charlas que convocan a hablar de estas cosas, Suma invita a la gente del barrio a algo más que conocer la casa. Y busca que quienes estén en las fases finales de sus tratamientos sean mejor recibidos por la comunidad.

Tejer redes saludables
-Hay otra actividad preventiva -agrega Abadi-: que la gente se encuentre y hable entre ella. Generar un punto de encuentro y de intercambio, porque suponemos que ir tejiendo redes también genera condiciones de salud mental, aunque no sea específicamente una charla sobre drogas o esquizofrenia.

-¿Cómo se promueve la salud mental?

-Evitar que la gente esté sola forma parte de promover salud. La gente sola se enferma más que la que está, de alguna manera, agrupada, o en familia, o en pareja, o teje redes con la sociedad-asegura Lipovetzky-. El que no tiene la posibilidad de estar en conexión con el otro, de decir o escuchar, se enferma más. Es mejor estar en red que solo. Y si alguien viene a una charla y se va pensando eso, ya hay una parte de la tarea cumplida.

Un jueves a la tarde, más de veinte profesionales de reunidos en Suma, se sirven gaseosas sin azúcar, se pasan la fuente de empanadas y discuten con vehemencia acerca de la actividades en el barrio. Afuera, los pacientes trabajan en la huerta. Acomodan plantines de aromáticas. Regalaron cientos el Día de la Primavera, que hoy embellecen terrazas y balcones de los vecinos. Regalarlos fue un modo de erosionar la barrera del estigma. Como muestra de su tamaño, Ivana Druetta, coordinadora del área de Acción Comunitaria, siguió de cerca el modo en que operan los prejuicios hacia la gente que vive con algún problema de salud mental. Analizó cómo es tratado el término "Esquizofrenia" en los diarios. "El paciente no es peligroso pero los medios generan la aparición del término en dos secciones puntuales: las de las noticias de Espectáculos y Policiales", concluyó Druetta.

En la pequeña huerta, Pedro Ulloa, ingeniero agrónomo, junto con terapeutas ocupacionales, enseña cómo cuidar de esos brotes frágiles. Los pacientes trabajan la tierra en silencio. El maestro explica que un tutor no debe apretar las habas ni demasiado mucho ni demasiado poco. Uno de los integrantes del taller comenta: "Lo más importante de la huerta son los frutos de la conversación. Las metáforas de las plantas".

Adentro, los colegas discuten acerca de cómo relacionarse con la comunidad. Más allá de las buenas intenciones, Suma necesita tiempo para ver si puede cumplir sus metas y también, atravesar escollos y críticas. "Otros modelos prescriben la medicación, atienden psicoterapéuticamente, y una vez que el paciente está bien empiezan a espaciar las consultas. Llegan hasta ahí. La reinserción es un aspecto de la psiquiatría que no está siendo tenido en cuenta. Vale la pena intentarlo", comenta Martín Nemirovsky, coordinador del área de Rehabilitación y Acción Comunitaria. ¿Qué aborda este tema el sistema público de salud mental? "Los dispositivos de rehabilitación del sistema público son insuficientes. A pesar del enorme esfuerzo de los profesionales de la salud, no dan abasto,", señala Lipovetzky. En la huerta alguien fantasea: "Quizás el día de mañana podamos salir a vender los tomates de nuestra huerta en la puerta de esta casa". Y alguien responde: "Estás del tomate".

Por Maria Eugenia Ludueña


El club de fin de semana
Uno de los espacios más distintivos de Proyecto Suma es el Club de Fin de Semana, orientado a personas con dificultades de integración, para quienes sábado y domingo son días difíciles. "Proponemos un espacio donde atravesar y dignificar el tiempo de ocio. Los pacientes tienen un carnet de socios cuando vienen al club. Coordinan sus actividades, como salir a correr, juntarse a ver una película, ir a un museo", explica Sergio Giordano, el coordinador.

Experiencia modelo en un hospital
Un exitosa experiencia de reinserción funciona desde hace nueve años en

el Hospital Estéves de Temperley. En este neuropsiquiátrico de mujeres el Programa de Rehabilitación y Externación Asistida (PREA) se inscribe en la corriente que promueve la desinstitucionalización de los pacientes psiquiátricos y su reinserción comunitaria. Las pacientes conviven en grupos de tres a cinco personas en casas que el hospital alquila en el barrio. "Implica un posicionamiento ético y clínico respecto de los derechos de los ciudadanos en situación de internados. Esta, junto con otras experiencias en nuestro país y en el mundo, demuestra que existen alternativas a la manicomialización en el padecimiento mental severo. Y que es posible en las condiciones de nuestra provincia y nuestro sistema público de salud", escribieron para la revista de psiquiatría Vertex algunas de las profesionales que trabajan en PREA: María Rosa Riva Roure e Ivana Druetta, psiquiatras; Carmen Cáceres, psicóloga, Marisel Hartfiel, socióloga. Julio Ainstein es el director del programa- y del Hospital-, y Patricia Esmerado la coodinadora de esta iniciativa que trabaja con 84 mujeres, de las cuales 55 se encuentran externadas y 29 internadas participando de los Talleres para la externación.

Más sobre la casa que se autoabastece de energía

El consumo doméstico de energía se reducirá a cero en 2015
20/07/2009
Un sistema tecnológico desarrollado por GE hará innecesario el recurso a la red eléctrica

La compañía norteamericana General Electric prepara un sistema tecnológico puntero para hacer que los hogares gasten cero energía eléctrica de la red general. El sistema combina paneles solares, turbinas eólicas, control de electrodomésticos, y sistemas de almacenaje energético in-situ, abarcando todos los factores de consumo energético de las casas, incluido el de la recarga de las baterías del coche. Este año se realizarán las pruebas del sistema. Según GE, si éste funciona y supone un verdadero ahorro para el usuario, su expansión podría beneficiarnos a todos. Por Yaiza Martínez.

La compañía General Electric (GE) ha anunciado que está desarrollando un sistema que permitirá que tanto las constructoras como los propietarios de las casas conviertan sus edificios en auténticas fuentes de ahorro energético.

Combinando paneles solares, turbinas eólicas, control de aparatos y sistemas de almacenaje energético in-situ, GE espera conseguir que los hogares no consuman al año prácticamente nada de energía eléctrica de la red general, o al menos que reduzcan el gasto casi por completo.

Este año, el sistema será puesto a prueba por la compañía, y se espera que pueda ser comercializado en 2015.

En la revista Technology Review se explica que los ingenieros de GE creen que es posible crear hogares que produzcan la misma cantidad de energía que consumen, y que la tecnología necesaria para conseguirlo sólo supondría un coste añadido del 10% al precio total de la casa.

Por otro lado, si la casa está conectada a la red eléctrica general, cualquier excedente de energía solar que produzca podría ser vendido a dicha red, lo que permitiría recuperar la inversión inicial.

Todo esto será posible gracias a que, en realidad, la demanda energética de los hogares unifamiliares es pequeña –en comparación con la de los edificios comerciales, por ejemplo-.

Eso, sumado a que se pueden tomar otras medidas como un buen aislamiento o una buena orientación de las ventanas, hace que resulte relativamente sencillo fabricar una casa energéticamente auto-suficiente.

Tres grupos principales

GE afronta el reto de desarrollar este tipo de sistemas porque la compañía, según palabras de su jefe oficial ejecutivo, James Campbell, mantiene una larga relación de confianza con los consumidores, tiene una fuerte presencia en el sector de la construcción, cuenta con la tecnología necesaria; y además es líder en la tecnología smart grid, que consiste en dotar de inteligencia a las redes de distribución eléctrica para permitir un mejor aprovechamiento y una mayor eficiencia en la distribución de la energía eléctrica, y para evitar los efectos negativos de cambios bruscos en el consumo o deficiencias puntuales en la generación.

El proyecto propuesto por la empresa norteamericana, que ha sido bautizado como “GE Net-Zero Home Project”, abarcará tres grupos principales: productos de eficiencia energética, productos de gestión de la energía y productos de generación/almacenaje de energía.

La parte más cara del proyecto será la de éste último grupo: la instalación de turbinas eólicas o paneles solares en las casas.

Según publica Physorg.com, en un reciente simposio en el Centro de Investigación Global de la compañía, situado en Niskayuna (Nueva York), los ejecutivos de GE explicaron que para instalar un panel solar de 3.000 vatios en una casa –suficiente como para suministrar la energía necesaria para todo el consumo de ésta- la inversión sería de unos 21.000 euros.

Por otro lado, GE ofrecerá a los usuarios un dispositivo controlador de energía denominado Home Energy Manager, cuyo coste será de alrededor de 200 euros.

Diseñado para controlar y optimizar in-situ el consumo y la generación energética, este aparato se encargará –por ejemplo- de poner en marcha el lavavajillas o la secadora en los momentos en que los paneles solares estén funcionando, y no durante los momentos de máximo consumo en la red eléctrica general.

Beneficios para todos

En lo referente al calentamiento del agua, por ejemplo, la compañia GE ofrecerá un calentador, el Hybrid Electric Heat Pump Water Heater, diseñado para usar alrededor de 2.300 kWh por año, que es la menos de la mitad de la energía que utiliza un calentador de agua eléctrico de 190 litros (que anualmente gasta alrededor de 4.800 kWh). Este calentador supondría un ahorro económico anual de alrededor de 180 euros.

Según los números publicados por la compañía, sólo en los hogares de Estados Unidos hay 60 millones de calentadores eléctricos del agua. Si el 10% de estos hogares utilizaran el Hybrid Electric Heat Pump Water Heater se ahorrarían cada año 15 mil millones de kWh de energía eléctrica.

En el GE Net-Zero Home Project también participarán los coches. Como parte de él, los ingenieros planean que las baterías de vehículos eléctricos plug-in puedan recargarse durante la noche, conectadas a las fuentes energéticas de cada hogar.

Si todo el sistema resulta de fácil uso y realmente ofrece beneficios económicos para los usuarios, GE espera que la gente se anime a aplicarlo en sus casas, en su propio beneficio y en el de todos.

Para hacernos una idea de la ventaja ecológica del sistema: si 250.000 secadoras funcionaran dependiendo de una señal “inteligente” de uno de los aparatos propuestos por GE, se contrarrestaría toda la energía generada por una central eléctrica de carbón.

Autor: Y. Martínez

Etiquetas:consumo
Sitio Arquitectura Bioclimática de España. Julio de 2009

La casa que se autoabastece de electricidad

Un desarrollo de General Electric


Un sistema tecnológico desarrollado por GE (General Electric) promete volver innecesaria la energía eléctrica para el año 2015.
Mediante una combinación de paneles solares, turbinas eólicas, control de aparatos y sistemas de almacenaje energético, GE aspira a lograr que los hogares prácticamente consuman cero energía eléctrica de la red general, o al menos que reduzcan el gasto casi por completo.
Este año harán una prueba piloto del sistema y la idea es poder estar en condiciones de comercializarlo en 2015.
Los desarrolladores creen que es posible crear hogares que produzcan la misma cantidad de energía que consumen, y que la tecnología necesaria para conseguirlo solo supondría un costo de 10% del precio total de la casa.
Pero además, si la casa está conectada a la red eléctrica general, cualquier excedente de energía solar que produzca podría ser vendido a dicha red, lo que permitiría recuperar la inversión inicial.
Si a eso se le suman medidas auxiliares, como un buen aislamiento o una buena orientación de las ventanas, el resultado es que sería relativamente sencillo fabricar una casa energéticamente auto-suficiente.

Revista Mercado, Buenos Aires, Argentina. Octubre 2009

Un puñado de chicos que ahora pueden soñar...

Una escuela rancho salteña, a 2900 m de altura y con Internes t
Tres maestros les enseñan a 35 alumnos; no hay luz, agua potable ni señal de celular
Diario La Nación, Buenos Aires. Argentina. Miércoles 4 de noviembre de 2009

La novedosa experiencia de los chicos de hacer un blog en el que muestran al mundo ese rincón de Salta

Clara Bianco
LA NACION

PARAJE SALA ESCULLA, Salta.? Esta es una historia de las que abundan en la Argentina postergada, que no siempre alcanza las primeras páginas de los diarios, pues atañen a una pequeña comunidad en un remoto punto de la vasta geografía de nuestro país.

Cuando el helicóptero de la gobernación salteña se aproximó a la Escuela N° 4236, del paraje Sala Esculla, en el departamento de Iruya, Salta, la escena fue estremecedora.

El piloto, Alejandro Sagristá, se emocionó durante el vuelo cuando se enteró del propósito del viaje y disfrutó tanto o más que todos ese momento, mezcla de ansiedad y alegría. Ese grupo de chicos y maestros esperaba, desde hace años, entrar en el mundo y también en el futuro: iban a conectarse a Internet.

Desde la altura, los cerros son de color marrón muy claro y desnudos de vegetación. Por los ríos, con sus cauces de piedras grises, sólo corren pequeños hilos de agua. De repente brota la emoción, cuando en lo más alto de un cerro pelado se divisan dos pequeños puntos: era la escuelita rancho de Sala Esculla.

Al acercarse, una pequeña bandera argentina flameaba desteñida y deshilachada de tanto sol y tanto viento. Desde la altura se observaba un apretado grupo de personas. Allí estaban, a 2900 metros de altura sobre el nivel del mar, con sus guardapolvos blancos y manos en alto que se agitaban sin cesar, como si agradecieran la llegada de la computadora, esa máquina que cumpliría sus sueños.

Una pequeña bandada de niños puros como pájaros corrieron con los brazos abiertos para dar abrazos interminables. Con las manitos despejaban la tierra que levantaban las palas del helicóptero, ese otro pájaro de acero que muchos de ellos veían por primera vez.

Acuña, ante la adversidad
Junto con ellos estaba el director de escuela, un hombre de 41 años que desde hace 16 años no se rinde ante la adversidad y entrega todo por los chicos. Se acercó silencioso y en un abrazo apretó a los visitantes casi sin palabras, esos abrazos fuertes donde se unen los corazones. Alejo Tadeo Acuña es un grande, por su enorme humildad y dedicación. No le quedaría holgado el traje de héroe civil.

La Fundación Aprendiendo Bajo la Cruz del Sur, presidida por Claudia Gómez Costa, volvió a reunir la voluntad del sector privado y público, y conectó a la escuela rancho en la que viven tres maestros y 35 alumnos.

La jornada de su entrada en el futuro tecnológico fue conmovedora. Hubo gestos de asombro, alegría, lágrimas, cantos y coplas. Los chicos enseguida compusieron una canción para subir a su blog en la Red. Ninguno de ellos había visto jamás una computadora.

La igualdad de oportunidades y el acceso a los nuevos medios fueron las premisas que se cumplieron en esta primera conexión realizada a tanta altura y en tanta soledad.

A Sala Esculla se llega en helicóptero, como en esta única ocasión. Desde allí hasta Iruya, la población más cercana, se debe caminar 12 horas.

Las condiciones de vida son precarias: una letrina para todos, carecen de agua corriente y energía eléctrica y no llega la señal de la telefonía celular. Tres burros son los fletes de la escuela; las varillas, escasas, son la leña para cocinar; el abono animal es el combustible para quemar y calentar agua para higienizarse.

A ese escenario llegaron la antena satelital y el servicio de Internet donados por la empresa Servicios Satelitales. También hizo lo propio la empresa Dell con una computadora, además del asesoramiento de los técnicos y la capacitadora de los docentes. La PC funcionará con la energía producida por dos paneles solares.

El helicóptero trasladó también juguetes, medicamentos, libros y golosinas y una bandera argentina traída especialmente desde el Monumento a la Bandera, en Rosario. Para los chicos fue un verdadero día de fiesta. Comieron torta, algo inusual, y la aprovecharon, pues ese día una niña cumplía sus 15 años y nunca había tenido un festejo de cumpleaños.

Ahora Internet les abrió una ventana al mundo y al futuro. Con la avidez de quienes han esperado largo tiempo para alcanzar un sueño, los maestros y alumnos de Sala Esculla ya abrieron un blog y están aprendiendo rápidamente a familiarizarse con la tecnología para mostrar al mundo el patrimonio natural y cultural de una región remota y casi olvidada, allá arriba en el techo salteño de la Argentina.

Para recibir ayuda
Conectados ya al presente reciben ahora correos electrónicos de todas partes y hasta puede accederse al blog que, en menos de un mes, han logrado sacar adelante: escuelasalaesculla@gmail.com es el correo electrónico. El blog: http://escuelasalaesculla.blogspot.com. Todos coincidieron con la primera frase que colocaron los chicos en el blog: "Ya no estamos aislados".

Allí reciben saludos y también ayuda. Será bienvenido todo aquello útil que puede necesitar una pequeña escuela rancho con 35 alumnos y tres maestros. Por la noche, después de la comida y de una jornada imborrable, la mayoría de los niños se durmió con los libros nuevos sobre el pecho.


Hasta el médico curó por medio de la Red

PARAJE SALA ESCULLA, Salta.- La llegada de la computadora les permitió a los chicos recibir otro regalo inesperado, pero muy necesario. Por primera vez, los atendería un médico en la escuela.

El médico pediatra Alejandro Besteiro realizó una conmovedora atención a los niños con el apoyo de la denominada telemedicina.

Días después, ya en su hogar, Besteiro entabló una comunicación con la maestra de grado Yudith López, quien lo consultó por un problema epidemiológico: surgieron síntomas de gastroenteritis en la mayoría de los 35 alumnos.

Sobre la base del interrogatorio por cada uno de los casos surgidos, el médico pudo diagnosticar, con un alto margen de probabilidad, que todo se debía a un cuadro de origen viral.

Se indicaron medidas terapéuticas de manejo de la hidratación, dieta y cuidados con medidas de higiene y recuperación alimentaria.

En un caso en particular, el de una niña que no se reintegró a la escuela luego del fin de semana -los sábados y domingos los alumnos retornan a sus hogares-, se le indicaron medidas de recuperación con sales de rehidratación oral, que la maestra preparó en la escuela y le llevaría a la niña a su hogar, que estaba a dos horas de caminata o de mula por camino de cornisa.

Hoy, los nuevos beneficiarios son estos chicos que viven casi aislados a 2900 metros de altura. Aunque lejos de la medicina robótica y las nuevas tecnologías aplicadas, también desde el corazón y del compromiso vocacional, los médicos hoy pueden aplicar este recurso por Internet, a la hora de dar más humanidad y más igualdad de oportunidades, en especial en aquellos rincones olvidados de la Argentina, como Sala Esculla.

Por un techo digno

Revista Tercer Sector. Buenos Aires. Argentina. Septiembre/Octubre 2009

En diez años, la población de las villas porteñas casi se duplicó y en el conurbano bonaerense sigue creciendo. La pobreza, desocupación y falta de acceso al crédito, alejan a millones de personas de una vivienda digna. Desde el sector social y académico impulsan alternativas para atender a quienes habitan en condiciones de hacinamiento, carecen de los servicios más básicos y padecen la estigmatización social de no tener dónde vivir.

Textos AILÍN BULLENTINI y ROSALÍA COSTANTINO

Llovió toda la semana. Se nota por los charcos que, uno tras otro, aún resisten en la calle de entrada a la Villa 3, en Villa Soldati, que se angosta en el horizonte hasta convertirse en pasillo. El suelo de tierra no logra absorber el agua caída, y el olor a cloaca lo invade todo, hasta las habitaciones donde la gente sobrevive. Ese olor inunda los dos ambientes que Nadia y Daniel comparten desde hace diez años. El mismo tiempo que entre 1991 y 2001 tardó la población de las villas de emergencia de la Ciudad de Buenos Aires en crecer un 77 por ciento, hasta rasguñar los cien mil habitantes, según los censos llevados a cabo durante esos años. A poco de cumplirse una nueva década, las proyecciones de los organismos oficiales vaticinan una duplicación de esa cifra. Nadia siempre vivió en la Villa. Allí conoció a Daniel, con quien intentó armar una historia compartida en una pieza de la casa materna. “Imposible.
Demasiado chico el espacio para todos”, recordó ella. Tuvieron suerte de encontrar una casa un poco más amplia “con luz y dirección. Acá no existe el domicilio”. Así, con la suerte que significa en la actualidad no formar parte de la masa de argentinos desocupados, lograron esquivar por poco el hacinamiento. Pero no tuvieron el mismo éxito en escapar de las deficitarias condiciones de hábitat.
Mientras una realidad de chapa y cartón los envuelve y minimiza al apelativo de “villeros”, desde la ilegalidad, la pareja intenta legitimar la ocupación de suelo ajeno y deshabitado con la fuerza de la necesidad de un techo bajo el cual vivir. Ellos forman parte de las miles de familias que “viven de prestado”, que a duras penas logran generar recursos para alquilar una habitación en un hotel o pensión. Si bien no existen número oficiales que abarquen la problemática y la reflejen en su etapa más actual, las estimaciones permiten asomar las narices al análisis del déficit habitacional. La proyección a 2006 del último censo realizado en el país advierte que son 16 millones los argentinos sumidos en esta condición.
De los hogares encuestados en aquel entonces en el Área Metropolitana de Buenos Aires, poco más de 712 mil presentaban algún inconveniente en su construcción o en las condiciones de habitabilidad. El 57 por ciento directamente fueron considerados irrecuperables.
El aumento no sólo se explica por la superpoblación de los espacios ya creados, sino que además desde 2001 a la actualidad se conformaron lo que los expertos llaman, a distancia, “nuevos asentamientos urbanos”.
En un trabajo realizado en 2007, la Defensoría del Pueblo detectó 30 nuevos espacios a los que
caracterizó como “asentamientos intersticiales que se implantan en espacios vacantes dispersos en distintos puntos de la trama urbana: a la vera de las vías del ferrocarril, debajo de las autopistas, en terrenos baldíos y plazas” y que “presentan una precariedad extrema en sus construcciones, carecen de los servicios más elementales y se encuentran sobre terrenos inadecuados, peligrosos e insalubres para las familias que los habitan”.

De transitorio a permanente

Hasta mediados de la década del ’70, la villa era un lugar de paso, un espacio donde se establecía transitoriamente la gente que llegaba desde el interior del país a la Ciudad en busca de trabajo, mientras accedía a un lote en el Gran Buenos Aires y, con mucho esfuerzo, comenzaba a construir allí su casa poco a poco.
Hoy la posibilidad de generar ese traspaso “es prácticamente imposible –opinó el presidente de Fundación Provivienda Social, Raúl Zavalía Lagos–. Ahora, la villa es el lugar donde la gente del conurbano se muda para que su tiempo y el poco dinero con el que cuentan rinda, ya que las fuentes de trabajo, en su mayoría construcción y el cartoneo, están en el centro.”
La inexistencia de políticas estatales de loteo con servicio en la provincia se suma al interés que despiertan los grandes espacios de tierra libre del conurbano entre las clases de mayor poder adquisitivo, lo que complica aún más la situación de los que están peor que la mayoría. “El conurbano no es más de los pobres.
Ahora, ellos tienen que disputárselo con los barrios privados y countries”, analizó María Cristina Cravino, antropóloga e investigadora de la Universidad Nacional de General Sarmiento (Ungs). Es que en la actualidad, basta aplicar nuevas tecnologías para mejorar un terreno que antes era rechazado por inundable.
Por otro lado, la última dictadura dispuso por decreto que el Estado debía ofrecer lotes con infraestructura –conexión de agua, luz y caminos–.
Entonces, lotear dejó de ser negocio y la gente quedó en manos del mercado, que le ofrece oportunidades cada vez más inalcanzables.

Tablones y chapas

Nancy y Natividad alquilan una pieza en el barrio de Pompeya, donde se acurrucan con sus cuatro hijos. Que el piso de la cocina-comedor se convierta en cama todas las noches no es el problema más grave.
De hecho, la casilla que lograron levantar con algunos tablones de madera y chapas en el barrio 17 de Noviembre, a 10 cuadras de Puente La Noria y de la Ciudad de Buenos Aires, es más pequeña aún. “No podemos sostener más el alquiler. Hace tres meses que no llegamos a pagarlo”, justificó Nancy en susurros.

“Las posibilidades de saltar de una villa al mercado formal de vivienda son nulas. Se necesitan por lo menos 20 mil pesos en efectivo para comprar un lote en una zona muy mal ubicada del conurbano, casi sin servicios.” María Cristina Cravino

Sobre un extenso predio que durante décadas permaneció deshabitado, cerca de 3.600 familias levantaron el barrio nacido de una de las tomas de tierras más grandes de la historia del conurbano bonaerense.
El proceso de construcción comenzó apoyándose en la organización de los vecinos, que poco a poco se fue perdiendo hasta llegar a lo que es hoy: una lucha de supervivencia, donde el más apto logra asomar a la superficie, y el menos termina hundiéndose entre escombros y agua estancada. La aprobación de la ley de expropiación –primer paso para que el Estado adquiera las tierras y arme los planes de pago para vendérselas a la gente– fue el único gesto estatal concreto. El resto, diseño de calles, extensión de redes de agua y luz e instalación de cloacas, recae a diario sobre la espalda de los vecinos.
“En las personas que toman tierras en el conurbano hay una búsqueda de estabilidad, de sueño concretado.
No hay que analizarlo como un lugar de donde quieren irse, sino como un lugar que puede ser propio con un proceso de lucha para mejorarlo muy grande”, opinó Cravino.

Soluciones al déficit

Varias aristas se combinan, enredándose, para arrojar a la gente a las villas; los asentamientos precarios; las casas sin revoque, sin agua potable, ni gas natural: desocupación, falta de educación, quiebre de lazos sociales, discriminación. Pobreza.
“Son cuestiones de fondo que es necesario atender en el momento de pensar una solución. Nada de esto se resuelve sólo con la construcción de casas”, sostiene con énfasis Fernando Ojeda, uno de los creadores de la Cooperativa El Ceibo, que trabaja desde 1989 con personas
que viven en casas tomadas del barrio porteño de Palermo, y uno de los coordinadores de la Red Hábitat Argentina, un espacio interinstitucional conformado por organizaciones de todo el país que trabaja en la temática.
Para Cravino, en tanto, “las posibilidades de saltar de una villa al mercado formal de vivienda son nulas. Se necesitan por lo menos 20 mil pesos en efectivo para comprar un lote en una zona muy mal ubicada del conurbano, casi sin servicios.Y a eso hay que sumarle el costo de construcción. La capacidad de ahorro de las personas que están en ese rango de situación, cuando tienen la suerte de tener un trabajo, no da abasto para generar esa cantidad de dinero.Y para alquilar no se puede pensar en tener menos de mil pesos, más una propiedad en la Ciudad como garantía”.
Frente a la imposibilidad de contar con los recursos necesarios para adquirir un techo propio, la unificación del esfuerzo entre las personas que se encuentran en la misma situación se convierte en la única salida. “La gente que está sumergida en la problemática tiene una visión solidaria que no tiene el resto. Son voluntarios en la mejora de otras casas porque saben que eso es ayudarse a ellos mismos”, sostuvo Zavalía Lagos.
En la solidaridad se apoya, desde hace más de 15 años, el programa de mejoramiento de viviendas de Provivienda Social, un proyecto que consiste en la adquisición de créditos solidarios entre pequeños grupos de familias de cara a la puesta a punto de sus casas. Para ello, adquieren un monto de hasta 5 mil pesos a una tasa de interés mínima, y cada una se convierte en garante del pago.

“Se toma a la obra de construcción como herramienta para trabajar otras cuestiones que tienen que ver con los lazos sociales.” Gabriel Nosetto

Hábitat para la Humanidad se aboca a “apoyar la producción social de hábitat para facilitar el proceso natural que la propia gente lleva a cabo en la construcción de su entorno”.
Desde la entidad ofrecen servicios de créditos a las personas de bajos recursos, pero también capacitación técnica respecto de los procesos de construcción y conformación de barrios y a la provisión de recursos humanos que den una mano en las tareas.
La representante de la OSC en Argentina asegura que “no hay un programa igual a otro ya que tratamos de adaptarnos a las necesidades de la gente”. A diferencia de Provivienda Social, los créditos de esta organización son individuales: “El monto que recibe cada familia no está ligado a un grupo, por lo tanto cada uno se hace cargo de su crédito y no se ve afectado si otra familia dejó de abonar”. El destino del dinero puede ser desde la construcción y mejoramiento de la casa hasta la puesta a punto del barrio en sí.
Otro caso es el que existe en la provincia de Buenos Aires, donde una veintena de organizaciones sociales y de base unieron fuerzas para pensar e intentar soluciones al déficit habitacional. Conforman el Foro de Organizaciones de Tierra, Infraestructura y Vivienda de Buenos Aires (Fotivba), en el que se articulan dos tipos de entidades: las de corte técnico- instrumental y las de base. Las primeras, integradas por técnicos, arquitectos y trabajadores sociales, entre otros profesionales, se orientan a la promoción y desarrollo, a nivel organizativo. “Se toma a la obra de construcción como herramienta para trabajar otras cuestiones que tienen
que ver con los lazos sociales. Es la llave que permite abrir el campo social de la falta de un techo”, apuntó Gabriel Nosetto, integrante de Madre Tierra, una de ellas.
Muchas de estas organizaciones ofrecen lotes a personas de bajos recursos: compran parcelas de tierra, las dividen y las nutren de servicios de infraestructura para luego iniciar planes crediticios. Otras colaboran en la construcción propiamente dicha de las casas, junto con las agrupaciones de vecinos en los barrios, donde se roza la piel de la problemática.
“Nosotros participamos en la creación del barrio entero.Yo sé cómo se hizo mi casa, cuántos ladrillos me llevó. Conozco el sacrificio.
Muchos nos preguntan por qué decidimos quedarnos acá, si vivimos en malas condiciones. Les contestamos que nos quedamos porque esto es nuestro”, remarcó Osvaldo Francés, miembro de la comisión directiva del barrio San Cayetano, en Rafael Calzada, que también integra el Fotivba.

La acción del Estado

Si se sondea en los espacios gubernamentales porteños, provinciales y nacionales, se encuentra más de un programa dedicado a la atención del déficit habitacional y al mejoramiento de las condiciones de hábitat de las personas que así lo requieran. Sin embargo, cuando la lupa se acerca, las fallas salen a la luz: falta de presupuesto, nula participación de los vecinos en las propuestas, pero principalmente una mala definición del problema, lo que deriva en soluciones ineficientes.
Desde que comenzó la gestión de Mauricio Macri al mando de la Jefatura de Gobierno porteño, las funciones que cumplía el Instituto de Vivienda de la Ciudad (IVC) se redujeron a sólo una: atender las necesidades de las personas de más bajos recursos, que no logran ingresar siquiera en los planes crediticios que hasta hace unos meses otorgaba el organismo.
Es que en un traspaso que aún es de hecho, ya que debe aprobarlo la Legislatura, las nuevas construcciones para habitantes de villas quedan bajo el amparo de la Corporación del Sur, una sociedad del Estado conformada en un 50 por ciento por capitales privados, y la atención de problemas de infraestructura en los barrios precarios en manos de las Unidades de Gestión e Intervención Social (Ugis). Los vecinos de la Villa 3, junto con los de otros siete barrios similares, conformaron el Frente de Villas Unidas por la Urbanización Participativa, cuyo principal objetivo es “luchar por la vivienda”.
“Es todo una mentira. Acá construyeron algunas casas pero no tuvieron en cuenta las necesidades de la gente y quieren instalar en una casa de dos ambientes a una familia de ocho o nueve integrantes”, sostuvo Nadia. “Lo que buscan es hacer pocas acciones de alto impacto, pero soluciones de verdad no dan”, agregó Daniel.
La situación es un tanto diferente en la provincia de Buenos Aires, donde además de las estrategias de escrituración social que impulsa la Escribanía General de Gobierno, se aplican programas de vivienda nacionales. “Ciudad y Provincia son el día y la noche en este tema. El programa de Urbanización de Villas y Asentamientos precarios, si bien no es suficiente todavía, es un buen avance.Hay entre 50 y 60 proyectos en funcionamiento”, aportó Cravino.
No obstante, algunas de esas iniciativas evidencian las mismas fallas que los porteños en cuanto a la indiferencia hacia la opinión de la gente. “Tenemos un Estado ciego, sordo y mudo en lo referente a política habitacional. En vez de ayudar a los que construyeron con su propio esfuerzo, construye casas nuevas. Lo que hay que hacer es mejorar el espacio en el que la gente ya está habitando”, opinó Zavalía Lagos.
Cravino, por su parte, optó por dejar en claro: “El Estado no regala nada. Cuando regulariza, otorgando escritura, luego viene el momento en que la gente empieza a pagar por esa tierra”.

La emergencia en números

167.500 personas habitan en 25 villas y asentamientos precarios de la ciudad de Buenos Aires, según el cálculo de la Defensora del Pueblo porteña.
891 villas de emergencia existen en el gran Buenos Aires, según las estimaciones de la organización Infohabitat.
26 mil son las personas que viven en la villa 31 y 31 Bis, de acuerdo al censo realizado por el gobierno porteño. Y 60 mil serían, aproximadamente, según estiman los vecinos.
50 mil personas viven en la 1-11-14 del Bajo Flores.
50 mil habitantes tiene villa Itatí, en Bernal y Wilde, según la organización Etis.
40 mil vecinos viven en La Cava, San Isidro, según estimaciones de OSC de la zona.
100 mil personas viven en 200 villas del Partido de La Matanza, según la Federación de Tierras y Viviendas.

Una lupa sobre el barrio

El 42 por ciento de los vecinos de cinco barrios de la localidad Cuartel V, en el partido bonaerense de Moreno, sufría enfermedades respiratorias como tos, asma y bronquitis.
Hoy, ya no. Fueron determinantes las mejoras en las condiciones habitaciones que llegaron de la mano del tendido de gas natural promovido por la Fundación Pro Vivienda Social (Fpvs).
Luis Basualdo, responsable del área de Relaciones Institucionales de Fpvs, afirmó que al acceder a ese beneficio, la cocción de los alimentos es diferente y ello repercute en la salud de la población: los vecinos dejaron de presentar problemas respiratorios y gastrointestinales, ejemplificó.
Con el fin de medir el impacto de las mejoras impulsadas en la zona y contar con información que permita diseñar políticas públicas, la entidad, junto con la Universidad Di Tella,
llevó adelante el Observatorio de Desarrollo Barrial, un trabajo de campo que involucró a 400 familias en 2006 y a otras 800 en 2007, sobre un total de 4 mil, que habitan en la zona.
Entre otros datos, el estudio reveló que la mitad de los habitantes trabaja como obrero o empleado y el 13 por ciento vive de changas. En tanto, el 54 por ciento no realiza aportes jubilatorios y cerca de tres de cada diez personas no completaron la primaria.
El relevamiento también sacó a la luz que sólo seis de cada diez viviendas (en la actualidad ascendió a siete de cada diez) tienen paredes con revoque, los baños no cuentan con cañería de agua caliente, mientras que los servicios básicos como gas, cloacas y asfalto
brillan por su ausencia. Existe una red precaria de agua, a la cual accede el 70 por ciento de la población, las calles son de tierra y la recolección de los residuos es deficiente.
“Las cifras buscan monitorear la llegada de los programas de la fundación pero muy especialmente contribuir con información precisa a la definición de políticas públicas hacia los sectores más desfavorecidos”, explicó Basualdo, para quien los datos analizan también los procesos de la economía informal y dan a las empresas un panorama de situación a la hora de evaluar posibles inversiones.

Viviendas más económicas

Desde la Escuela Técnica Nº 34 Ingeniero Hermitte, en la Ciudad de Buenos Aires, el coordinador del área de Construcciones, Jorge Lema, creó junto con sus alumnos una nueva alternativa de vivienda social de fácil construcción y bajo costo, sin descuidar la calidad del inmueble. Al proyecto lo bautizaron Prototipo de Vivienda Bioclimática de Interés Social (Provibis). Esta experiencia pedagógica se puso en marcha en 2003 y se inscribe dentro de los procesos de enseñanza de ese secundario. Su edificación supone un 30 por ciento de ahorro del costo de las viviendas económicas tradicionales.
“Los estudiantes realizaron distintos proyectos de viviendas para vecinos humildes llegando a pautas constructivas muy simples. En la planta baja idearon un espacio social único (comedor, cocina, lavadero) con baño y cocina más un ambiente para que duerma la abuela o una persona con discapacidad. La planta alta está compuesta por dos dormitorios que conforman también un espacio único dividido con placard o cortina. Todo en 5 metros x 5 x 5 metros de altura”, precisó Lema.
Lo novedoso de la técnica radica también en que las unidades se ensamblan entre sí minimizando la cantidad de medianeras, al tiempo que contempla la bioarquitectura y la sustentabilidad; genera recuperación de agua de lluvia para tirar en el inodoro y riego; responde
a los conceptos de autoconstrucción –porque se busca que los propios beneficiarios ayuden en la edificación de la que será su casa– y se puede realizar por etapas, permitiendo ampliar los espacios una vez que se hizo la estructura externa. Tampoco necesita luz durante todo el día ya que tiene un novedoso sistema de iluminación central. “Buscamos poner a disposición del sector social y las cooperativas de trabajo todo el conocimiento académico necesario para mejorar las condiciones de vida y habitabilidad de los vecinos que viven en riesgo social. Los planos están a disposición de quienes deseen aplicarlos”, sentenció Lema, quien además preside el Instituto para el Desarrollo de la Vivienda (Indevi).

La toma que se convirtió en barrio

familia Rojas conquistó su espacio. Ése que hoy es “digno de habitar” pero que hace no más de un cuarto de siglo era apenas “un rancho, con cuatro paredes de cartón, chapa y plástico, en medio de una laguna, y la nada”. Allí, las velas fueron las que iluminaron durante mucho tiempo, mientras que al agua accedían a través de un vecino generoso que no escatimó en prestar el servicio, cuando el resto miraba desconfiado y con malos ojos a los “ocupas” que venían a “crear una villa en el barrio”. Se trata de la primera gran toma del partido de Avellaneda pero con una meta clara: “Trazar calles y lotear el terreno para construir un barrio convencional, no una villa”. A sólo 10 minutos de la Ciudad de Buenos Aires, Elsa y Ramón Rojas constituyen un ejemplo de cómo con organización vecinal, participación, persistencia y perseverancia el déficit habitacional puede cambiar su cara.
En la localidad de Villa Domínico, partido de Avellaneda, al sur del Gran Buenos Aires, hace 25 años las inmediaciones de las vías del ferrocarril, en el tramo este, eran un abismo.
“Terrenos muy bajos, que se inundaban cada vez que llovía. Sin luz, agua ni gas. Pero decidimos tomarlo porque era eso o nada. Sólo podíamos pagar un alquiler mientras que acceder a créditos bancarios era imposible. Pero nosotros siempre lo tuvimos bien en claro: construir nuestra propia casa, no usurpar propiedades de los demás a costa de los otros”, recordó Elsa sobre el inicio
de una extensa lucha y sacrificio.
Con dos pequeños hijos, y junto a otras 70 familias, en enero de 1984 tomaron el predio. Luego llegó el arreglo con la propietaria, quien le facilitó la compra del terreno –difícil de comercializar
por las condiciones en las que estaba– en 48 cuotas “a un valor que representaba una tercera parte del alquiler que pagábamos por aquel entonces”, calculó Ramón, de 67 años.
La conexión energética fue el primer servicio que encararon los vecinos recién a unos tres años de la toma, tras intensas gestiones con la comuna. Para el tendido de agua y el alumbrado, agrupados en una Junta Vecinal le pidieron ayuda a la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) de Avellaneda para que los estudiantes del último año aportaran los conocimientos técnicos en concepto de pasantía. Hoy, uno de los alumnos que participó de esa experiencia es el intendente del partido.
“A través de kermeses, festivales, bingos y venta de comida juntábamos los fondos para los materiales, como cables, lámparas, caños, mientras hacíamos el zanjeo para la red de agua potable y el desagüe pluvial”, recordó Ramón. Lo último en llegar fue el asfalto, hace unos meses nada más, “aunque a los siete años de ocupar el predio ya habíamos terminado nuestra propia casa de material, que con el tiempo seguimos ampliando y mejorando”, subrayó eufórico en un gesto por alentar a aquellas personas que no se animan a vivir en un lugar “a primera vista inhabitable” porque temen no poder revertir esa condición.
Actualmente, alrededor de 74 son las familias que residen en el barrio San Jorge y todas tienen el título de propiedad. En sus alrededores, sobresalen otras barriadas, algunas mucho más pobladas, que son también el resultado de tomas que se sucedieron años después con la misma bandera: “Desde el pie, organizados y participando podremos lograr la calidad de vida que merecemos”.

La energía de la solidaridad

Por Oscar García
Para LA NACION de Buenos Aires, Argentina
Suplemento Comunidad. Sábado 17 de octubre de 2009

El voluntariado como fenómeno es universal y decididamente contracultural: fructífico cuando se hace de a muchos, y debe luchar día a día por ganarse un lugar en un mundo que a la vez lo declama como práctica valiosa y útil, pero lo ignora como organizador o valor prevaleciente cuando sólo mira eficientismos, productividades y ganancias. A contracorriente de los agoreros que vocean que todo está perdido, el voluntariado se las ingenia para colocar siempre (a veces esforzadamente) un no al principio de la frase.

El voluntario, como sujeto, es una persona a la vez idealista y práctica: huye de los vanos discursos para ocuparse de las más difíciles y concretas realidades. Lo hace desde la proximidad, el crecimiento mutuo y la escala humana.

Eso, la escala de uno a uno es la fórmula del voluntariado para estar cerca de los problemas; conocerles el rostro, regalarles sonrisas y muecas a los más necesitados, y ayudarlos en el hoy sin cálculo político.

Aunque no sean cientos ni miles, muchos voluntarios juntos como los que hubo en Buenos Aires en estos días hablando de sus sueños, visitando proyectos comunitarios, capacitándose y especialmente creando la Red a Favor del Intercambio -iniciativa internacional para promover el intercambio solidario y de voluntarios entre países latinoamericanos- generan una energía vibrante, capaz de sacudir una ciudad.

Portadores de pesimismos imperecederos y cultores de egoísmos antisísmicos, ¡a cuidarse!: el temblor solidario les puede mover las estructuras.

El autor es profesor de Voluntariado de la Universidad Nacional de San Martín

Qué se puede hacer para no derrochar energía?

Sábado 17 de octubre de 2009 | Publicado por diario La Nación de Buenos Aires. Argentina. Suplemento Comunidad

A nivel cotidiano, individual o colectivamente hay algunas conductas y acciones sencillas que pueden adoptarse para hacer el consumo de energía mucho más eficiente. Hacer un uso racional de la energía es la manera más eficaz para reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera, y detener el calentamiento global del planeta. Por cada kilovatio-hora (kWh) de electricidad que ahorremos, evitaremos la emisión de aproximadamente 800 gramos de CO2.

Aquí va una serie de consejos sencillos y prácticos de aquellas posibilidades más eficaces que están a nuestro alcance para conseguir el máximo ahorro energético con poco esfuerzo.


Eliminar las lámparas incandescentes y reemplazarlas por las de bajo consumo. Del total de energía eléctrica consumida en el país, entre el 20 y el 35% es utilizado en iluminación.


Al adquirir artefactos eléctricos controle el etiquetado de eficiencia energética. En la Argentina es obligatorio para heladeras y freezers.


Apague el televisor, la computadora y las lámparas cuando no las esté utilizando.


Si una computadora tiene que dejarse trabajando muchas horas, puede apagar el monitor (que es lo que más consume). El único modo de salvapantallas que ahorra algo de energía es el que deja la pantalla en negro.


Establezca la regulación de la temperatura de refrigeración de los aires acondicionados en 24ºC.


Aísle su vivienda: techo, paredes, suelo.


Lave en frío o a menos temperatura con su lavarropas y lavavajillas. Espere a llenar el lavavajilla completamente antes de ponerlo en marcha. Utilice los programas económicos. Centrifugue lo menos posible.


Al comprar un lavarropas o lavavajillas nuevos pida los que menos energía y agua consuman.


Tienda la ropa para que se seque al aire y al sol.


Si hay que renovar equipos, seleccione los de menor consumo energético. Tenga en cuenta que las computadoras portátiles son las más eficientes.

Juan Carlos Villalonga
Director de campañas de Greenpeace
www.greenpeace.org.ar

Economía solidaria. Una gran tradición

Una gran tradición
Por Bernardo Klilksberg
Para LA NACION. Diario La Nación de Buenos Aires. Argentina. Sábado 17 de octubre de 2009. Suplemento Comunidad

Es hora de revalorizar el rol de la economía social. Integrada por cooperativas, fundaciones, mutuales, empresas sociales, ferias de comercio justo y otras formas afines es un potente movimiento mundial. Las cooperativas tienen 850 millones de asociados, y cerca de 3000 millones de personas dependen de ellas.

En la Unión Europea representan el 7,9% del empleo asalariado y el 25% de los ciudadanos forma parte de ella como productores, consumidores y ahorradores. En España hay 48.000 empresas sociales que produjeron en 2008 el 10% del PBI y representan el 12,4% del empleo. Las bases de la economía social como sus objetivos de ayuda mutua e interés público, su carácter participativo y su fuerte inserción local, la convierten en un poderoso instrumento para enfrentar la crisis.

En América latina, la economía social tiene una importante tradición. Sus empresas generan trabajo entre los desfavorecidos y les proporcionan desde crédito hasta servicios eléctricos. Como lo ilustra, por ejemplo, la Cooperativa Indígena Unidos Venceremos del Estado de Puebla, o Chile, que cuenta con 100.000 entidades que benefician a 7 millones de personas. Marcando caminos, entre otras experiencias, el gobierno de Lula creó la Secretaría de Estado de Economía Solidaria, y en una experiencia altamente referenciada a nivel municipal, la ciudad de Rosario estableció la Subsecretaría de Economía Social.

Sin embargo, hasta ahora han sido débiles y oscilantes las políticas para apoyarla. En una América latina con más de un tercio de su población en pobreza, y con perspectivas alarmantes, urge fortalecer y profundizar la asociación de los seres humanos bajo valores de cooperación, solidaridad y servicio a la comunidad que propone la economía social.

El autor es director del Fondo España-PNUD/ONU

Los Bancos de buena fe se extienden por todo el país

Publicado por diario La Nación de Buenos Aires, Argentina. Sábado 17 de octubre de 2009. Suplemento Comunidad

Hace 10 años, durante un viaje por Neuquén, el padre Raúl Troncoso se encontró por casualidad con el libro Un mundo sin pobreza, de Muhammad Yunnus, sin saber que eso cambiaría su vida y la de cientos de pobladores de la provincia de Buenos Aires.
De regreso a la iglesia del Santísimo Sacramento, en Tandil, y luego de empaparse con la visión de Yunus sobre los microcréditos, Troncoso decidió apostar por una iniciativa local y crear el Banco de la Buena Fe.
"Utilizamos una metodología propia que fuimos modificando a medida que íbamos aprendiendo", explica Troncoso.
Hoy, esta iniciativa exitosa se ha extendido por las zonas aledañas y llegó a 22 bancos que tienen como finalidad financiar emprendimientos productivos, comerciales y de servicios de 380 vecinos.
Los créditos se otorgan a un grupo de cinco personas (hombres y mujeres que no tienen que ser familiares) que presentan un proyecto productivo. La garantía es solidaria, esto quiere decir que todos son responsables de los pagos de los demás. "Semanalmente se van devolviendo pequeñas sumas del préstamo y tenemos una cobrabilidad de casi el 98%", señala orgulloso Troncoso.
Su área de influencia abarca las zonas de Tandil, Rauch, Ayacucho, Benito Juárez. Tres Arroyos, San Cayetano, De la Garma, Chávez, Miranda y Barker.
Carpintería, cría de pollos, venta de ropa y artículos de librería, así como servicios de gasista y electricista son algunos de los emprendimientos que cobraron vida gracias a este sistema.
"Los microcréditos son un arma muy fuerte que potencia la educación popular porque los va uniendo mucho. Además, los ayuda a revalorizarse y a saber que pueden crecer. Tenemos experiencias en zonas rurales, con gente de barrios necesitados y otros de clase media que cayeron en la pobreza", agrega Troncoso.
Para poder mejorar su trabajo se articulan con numerosas organizaciones sociales de cada lugar. Por ejemplo, la Fundación Promover brinda los promotores, que realizan el seguimiento de las iniciativas y visitan a los emprendedores en sus casas. Desde el sector público, se pusieron en contacto con Manos a la Obra, que aporta dinero para que puedan dar más créditos. "El excedente lo utilizamos para crecer y brindar igualdad de oportunidades. Hay mucha gente a la que le falta trabajo, pero si tiene la oportunidad sabe aprovecharla", explica Troncoso. Además, agrega que la demanda es cada día más fuerte, porque cada vez se conoce más lo que hace, y eso les otorga más credibilidad.
Al definir la filosofía de los bancos, Troncoso explicó que se basa "en la confianza, los esfuerzos mutuos, la capacidad de emprender y la posibilidad de reconocerse como personas". "Permite generar una herramienta de educación popular donde trabajamos con total libertad y sin sentirnos presionados por nadie", consideró.
Gracias al crecimiento de esta herramienta, en 2008 se fundó la Red Nacional de los Bancos de las Buena Fe ( www.redbancodelabuenafe.org ), un espacio conformado por organizaciones de la sociedad civil de todo el país vinculadas a través de la propuesta del Banco Popular de la Buena Fe.
Sus objetivos son contribuir al desarrollo de proyectos productivos en sectores populares excluidos, incorporando el microcrédito como herramienta; fortalecer la ciudadanía, promoviendo instancias de capacitación, desarrollo organizacional y formación de líderes en el marco de la economía social y la educación popular, y mejorar los procesos de inclusión social en el marco del desarrollo local, articulando los sectores social, público y privado.
Para facilitar la organización, la red nacional se reúne en redes regionales que agrupan a las organizaciones de cada región. Actualmente las redes regionales son NOA, NEA, Cuyo, Córdoba, Patagonia, Dos Orillas (Entre Ríos y Santa Fe) y Buenos Aires.

Ecoarquitectura: simpatía por el sol

Diario La Nación de Buenos Aires, Argentina. Miércoles 21 de octubre de 2009. Suplemento Arquitectura

En el Decatlon solar 2009, en Washington, universidades de todo el mundo presentan sus prototipos de viviendas de hasta 80 m2 que funcionan en base a energía solar

WASHINGTON (AFP). -Calefaccionarse, alumbrarse o lavarse sin consumir ni un watt: equipos de estudiantes estadounidenses y extranjeros se encuentran erigiendo innovadoras casas solares sobre la explanada central de Washington.

La cuarta edición del "Decatlón solar 2009", organizada por el Departamento de Energía estadounidense, enfrenta hasta el 18 de octubre a una veintena de prototipos de casas capaces de funcionar enteramente en base a energía solar.

Los ganadores del concurso serán designados por un jurado de arquitectos e ingenieros, pero también por los visitantes, según 10 criterios específicos, que van desde la funcionalidad de la vivienda --cuya superficie no debe superar los 80 m2-- hasta su eficacia energética, pasando por su costo, comodidad, estética, calidad de la iluminación e incluso del agua caliente.

Una de las propuestas más llamativas es la de los estudiantes de la Universidad Cornell, del estado de Nueva York, que eligieron construir su casa a partir de tres enormes silos de chapa ondulada.

Una espuma a base de soja aísla las paredes de 12 cm de espesor, y las piezas principales -cilíndricas- tienen tragaluces.

En el baño, la roseta de la ducha fue incrustada en una ventana de techo, lo que da la sensación de ducharse al aire libre. Las camas pueden desaparecer, subiéndolas hasta el techo durante el día, mientras que un mostrador plegable en la cocina se convierte en mesa para ocho.

Cuando la Cornell University presentó su casa en el estado de Nueva York (noreste), su desempeño de consumo y de producción de energía alcanzó "un umbral de 0, y hasta mejor", afirmó Chris Werner, estudiante de arquitectura, lo que significa que no utilizaron electricidad.

Mientras, el equipo "Beausoleil", de la Universidad de Luisiana, en Lafayette (sur), construyó una casa inspirada en el patrimonio cajún lo suficientemente resistente como para soportar huracanes. Paredes de casi 15 cm de espesor pueden resistir vientos de 200 km/h y "su aislamiento es tan eficiente que incluso sin utilizar los paneles solares se reduce la factura de electricidad tradicional a la mitad", asegura Catherine Guidry, una de las estudiantes en el origen del proyecto.

Los alemanes de la Technische Universität Darmstadt, que ganaron en la edición anterior del concurso, en 2007, trajeron directamente de Alemania los módulos de su casa, cuyas paredes exteriores y persianas están recubiertas de pequeños paneles solares.

Participa también la escuela politécnica de Madrid, varias universidades canadienses (Calgary, Universidad de Waterloo) y grandes facultades estadounidenses de ingeniería y arquitectura como Virginia Tech y Boston Architectural College.

"La selección para la participación fue más competitiva", explicó Christopher Powers, uno de los portavoces del Departamento de Energía, a la AFP.

Karin Zeitvogel

martes, 20 de octubre de 2009

Los Bancos de Alimentos

Una cadena de ayuda
Impulsan una campaña de toma de conciencia sobre la situación real del hambre en el país

Diario La Nación de Buenos Aires, Argentina. Sábado 17 de octubre de 2009. Suplemento Campo

Por estos días, los bancos de alimentos impulsan una campaña de toma de conciencia para que la sociedad conozca cuál es la situación real del hambre en el país y también que comprenda que el aporte individual puede ser fundamental a la hora de definir el futuro de una persona.

Los bancos de alimentos son intermediarios entre quienes necesitan alimentos y quienes pueden aportarlos, ya sean empresas productoras de alimentos, así como productores agropecuarios que aportan granos, carne, frutas y verduras para contribuir con la labor de los comedores.

Los alimentos donados son almacenados en los depósitos de los bancos de alimentos, donde, luego de ser sometidos a rigurosos controles de calidad, son distribuidos entre 1000 comedores en todo el país. Estas organizaciones sociales contribuyen con la alimentación y el desarrollo de 150.000 personas, en su mayoría niños, que viven en situación de indigencia.

En la Argentina, los bancos de alimentos tienen presencia en Buenos Aires, Mar del Plata, Córdoba, Goya, La Plata, Mar del Plata, Mendoza, Neuquén, Tandil, Tucumán, Salta, Valle de Uco y Virasoro.

Cabe destacar que el Banco de Alimentos de Buenos Aires cuenta con la certificación de la norma ISO 9001 versión 2000, que garantiza que las donaciones lleguen efectivamente a sus destinatarios. Además, el Banco de Alimentos de Mendoza ha implementado las normas BPM (Buenas Prácticas de Manufactura).

El trabajo de los Bancos de Alimentos se realiza gracias a un staff permanente, más la colaboración de voluntarios, y cientos de empresas, productores agropecuarios e individuos que donan alimentos, dinero, bienes y/o servicios.

También canalizan la ayuda de personas que se ofrecen como voluntarios para clasificar y organizar la mercadería que será remitida a los comedores en tiempo y forma.

La ayuda brindada es mucha aunque no resulta suficiente, ya que actualmente existen más de 300 comedores en lista de espera y el número de personas que sufren hambre crece día a día.

¿Cómo puede colaborar el productor agropecuario con los Bancos de Alimentos?

La Red Argentina de Bancos de Alimentos, asociación civil sin fines de lucro que agrupa a los 14 Bancos de Alimentos de la Argentina, se encuentra implementando un proyecto de donación de granos a nivel nacional.

Desde sus inicios, los bancos de alimentos son testigo de la solidaridad del campo que incluye diversas formas de colaboración.

El Programa Campo permite que los productores puedan donar en los acopios la cantidad de granos que deseen. La operación es muy simple: el productor expresa su voluntad de colaborar y el acopio se encarga de realizar todos los trámites. Luego, los bancos de alimentos gestionan el procesamiento y/o convierten los granos en alimento de consumo masivo o su canje por otros alimentos de primera necesidad.

"El campo siempre ha apoyado nuestro trabajo, conocemos el compromiso del sector, hoy los necesitamos más que nunca y en todo el país", afirmó Alfredo Kasdorf, presidente de la Red Argentina de Bancos de Alimentos. Este proyecto ya cuenta con el apoyo de varios productores, redes de acopios y empresas alimenticias que facilitan la tarea de los bancos de alimentos y brindan un gran apoyo.

Tan sólo a modo de ejemplo, se puede mencionar el trabajo que realiza el Banco de Alimentos de Tandil. Para mayor información comunicarse al (011) 4393-3411/2706 o por: www. redbdea.org.ar

Una nueva edición de la Chocleada

Los productores donan hectáreas de maíz, que se cosechan a mano. Los choclos luego van a varias instituciones. (diario Clarín de Buenos Aires, Argentina. Sábado 17 de octubre de 2009)

Liliana Cobelo.
lcobelo@clarin.com

La Chocleada cerró con éxito su cuarta edición. Este movimiento solidario superó este año los resultados obtenidos en las ediciones anteriores: se hicieron once Chocleadas que lograron recaudar un 45% más de raciones de alimento, con un 213% más de participación de voluntarios que en el 2008.

Este movimiento social y solidario, creado en el 2006 por productores rurales y vecinos de la localidad cordobesa de Alejandro Roca, se basa en cosechar el maíz en forma manual (cuando está apto para su consumo como choclo), en hectáreas donadas por los productores rurales, para luego ser entregado a la "Red Argentina Banco de Alimentos", una ONG especializada en la distribución de donaciones de comida en comedores infantiles. Este año, se realizaron nueve Chocleadas en la República Argentina (en Córdoba, Santa Fe, La Pampa y Buenos Aires) y dos en Uruguay (en Young y Mercedes).

La cosecha la realizan los alumnos de los colegios secundarios acompañados por padres y docentes y como forma de pago simbólico por la tarea de recolección de los choclos, distintas empresas aportan dinero que se recauda y entrega a las instituciones sociales más débiles de estas comunidades.

En el 2009, se cosecharon cerca de 156 mil kilos, un 35% más que en 2008; se entregaron casi 467 mil raciones, un 45% más que en 2008 (el total acumulado desde el 2006 es de 872.745 raciones, equivalente a una comida por chico); participaron 2.250 voluntarios, un 213% más que el año pasado (el total acumulado es de 3.618 voluntarios); y se recaudaron alrededor de $ 230 mil, un 250% más que el año anterior. También se donaron computadoras, escritorios y pupitres, entre otros materiales.

¿Cómo funciona operativamente La Chocleada? Una vez cosechados, los choclos se llevan en camión al banco de alimentos más cercano y en 48 horas, como máximo, todo el choclo está distribuido en las instituciones beneficiadas, aseguran sus organizadores.

El 100% de las donaciones de comida se canaliza por la Red del Banco de Alimentos. Según el año y según el Banco de Alimentos, el número de instituciones cambia.

El dinero recaudado y las donaciones en especies recibidas -que conforman la unidad de Responsabilidad Social Empresaria de este movimiento- se entregan a las entidades con mayores necesidades económicas pertenecientes a estas comunidades: escuelas rurales y urbanas, ONG locales, hospitales, hogares de niños y hogares de ancianos e instituciones que trabajan con chicos de la calle.

Las instituciones beneficiadas en Córdoba con La Chocleada fueron: en Laboulaye, el Colegio San José, el Hogar Ancianos Municipal y la Casa del Niño; en Alejo Ledesma, el Instituto Vélez Sarfield; en Alejandro Roca, el Hospital Municipal y Grupo Solidario; en Río Cuarto, la Escuela Santa María Eufrasia; y en San Francisco, el Grupo La Lucía y La Luciérnaga. En la provincia de Buenos Aires, los beneficiados fueron: de Pergamino, el Centro Educativo Comunitario 802, el Hospital Inst. J. Anchorena de Urquiza y el Centro Educativo Comunitario 892; y en Salazar, la Escuela de la Familia Agrícola el Pincen. De la provincia de La Pampa, la Escuela Nuestra Señora, de General Pico. En tanto, respecto a la campaña realizada en Uruguay, la donaciones fueron recibidas por el Hospital de Young.

La cantidad de entidades receptoras de alimentos que han recibido esta cosecha a través de los bancos de alimentos durante el 2009 es de 283, que dan comida a un total de 49.325 niños.

miércoles, 7 de octubre de 2009

Separación de residuos y su reutilización

Organizan Generación Par, JICA, UCES y AVINA
Encuentro sobre la recuperación de recursos a través de la separación de residuos
La organización Generación Par, la Agencia JICA, la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales, y AVINA convocan a la comunidad a participar de la conferencia "Recuperando recursos a través de la separación de residuos", donde se expondrán las experiencias en Argentina y Japón.

La jornada, que se desarrollará de 09.00 a 11.30 horas, tendrá lugar el jueves 22 de octubre, en el salón auditorio de UCES, ubicado en Paraguay 1239, en la Ciudad de Buenos Aires.

Participarán como expositores, Carlos March (AVINA), Juan Carlos Yamamoto (JICA), la doctora María del Carmen Galloni (UCES), y Juan José Galeano (Generación Par). El encuentro contará con la visita del doctor Michio Kuriyagawa. Además, se expondrán las experiencias de la Cooperativa Reciclando Sueños, de La Matanza, y de la Cooperativa Guardianes del Riachuelo, con jóvenes de la Villa 21/24.

Actividad no arancelada. Cupos limitados.

Más información e inscripción previa:
011-4372-7772
info@generacionpar.org

lunes, 5 de octubre de 2009

Miscanthus. Biomasa para la energía

Suplemento Clarín Rural (Buenos Aires, Argentina. Sábado 3 de octubre de 2009)

Eric Rund está experimentando, en su campo de Illinois, con biomasa para la generación de energía. Se concentró en el Miscanthus, una planta que dura 25 años y que se cosecha en invierno, aún con suelo congelado.

"La energía determinó muchas de las cosas que hicimos en la agricultura en los últimos años, sobre todo por la producción de etanol a base de maíz, pero ahora estamos empezando a pensar en agregar las pasturas para la generación de biomasa y luego transformarla en energía", explica Rund. "Así, quizás podamos preservar más el maíz para la alimentación y evitar esa discusión entre si los biocombustibles generan aumentos en los precios de los alimentos", dice.

El del Miscanthus está lejos de ser aun un esquema consolidado. Aquí, en EE.UU., tiene problemas con la siembra, por lo cual fueron a Alemania a buscar algunas alternativas, porque allí también están avanzando con esto. De todas formas, hay gente que ya avanza a pasos firmes. Algunos vecinos de Rund lo utilizan para calefaccionar las casas y criaderos de cerdos. Y hasta almacenan la energía para abastecer escuelas, estaciones de bomberos y una biblioteca.

El Miscanthus se puede sembrar inclusive cerca de lagunas y cursos de agua, en muchos de los cuales el Gobierno paga a los productores para no implantar cultivos agrícolas, para proteger el medio ambiente y, al mismo tiempo, bajar el área sembrada y ayudar a sostener los precios.

"Los números cierran más que los del maíz, sobre todo a partir del tercer año", se entusiasma Rund.

En Estados Unidos, los autos híbridos (a nafta y electricidad) son una realidad crecientemente difundida. Ya pueden hacer hasta 60 kilómetros a electricidad. Y las distancias medias para los viajes que hacen los estadounidenses están por debajo de esa cifra, lo cual hace que muchos se entusiasmen con la posibilidad de valerse casi totalmente de estas alternativas para mover sus vehículos.