martes, 21 de agosto de 2007

Sumar materiales para multiplicar los sueños de miles de familias

Dar materiales para que todos puedan tener una casa digna. Un programa vincula a quienes tienen sobrantes de obra y quienes los necesitan (artículo periodístico del diario La Nación, de agosto de 2007)

Gladis Gómez siente que su casa ahora es una casa. Hace dos años se mudó a una casilla de chapa en el bajo Boulogne. Después, su casita tuvo paredes de material, y ahora, recién ahora, pudo mejorarla puertas adentro.

Arregló la cocina; puso aberturas; compró camas y placares. Nada de todo esto hubiera sido posible si no existiera el corralón del programa Sume Materiales de la Fundación Sagrada Familia.

El proyecto facilita a las familias más necesitadas el acceso a los materiales para la construcción y/o refacción de sus viviendas, a un valor diferencialmente menor. El sistema es simple: quienes tienen materiales que no utilizan o les sobraron de sus construcciones los donan para que otros puedan comprarlo a un precio muy inferior al del mercado.

"Hay una gran cantidad de recursos disponibles desaprovechados, como sobrantes de refacción, artículos de producción discontinuados, remanentes de obras nuevas. En el taller, se reparan para ponerlos en condiciones para su uso, y en el depósito se acopian y se clasifican. Luego se venden a un precio especial", explica Alejandro Besuschio, coordinador del programa Sume Materiales, de la Fundación Sagrada Familia.

"En muchas oportunidades, la fundación recibía donaciones y nos faltaba espacio", cuenta Besuschio. La crisis y la falta de pequeños créditos para familias que deseaban mejorar sus viviendas empujaron a la fundación a darle impulso a este proyecto. En un predio de Boulogne, que pertenecía al ferrocarril y les cedió la municipalidad de San Isidro, abrieron el corralón en marzo de 2004.

En el último año, unas 800 familias compraron materiales con descuento en el corralón de Guayaquil y Bogado. Pero también van a comprar quienes trabajan en organizaciones sociales que cuentan con poco presupuesto. "El 70% de quienes nos compran son familias humildes que reciben un precio especial, y el 30% son particulares", agrega el coordinador.

Todos los productos llevan un código que permite a quien los donó conocer el destino de su donación. Además, el programa está en plena certificación de las normas ISO 9001, para seguir creciendo y brindar un mejor servicio. "Llama la atención porque somos una organización no gubernamental, pero nos manejamos como una empresa. Nuestra idea es tener los materiales el menor tiempo posible. Cobramos barato, pero queremos que rote mucho", destaca Besuschio.

Gladis Gómez y Beatriz López son vecinas y se conocen desde hace años. Saben que las cosas no están mucho tiempo en el corralón y se pasan el dato de los materiales que están esperando. "Vengo seguido porque sé que somos muchos los que queremos mejorar nuestras casas... Me pasé años esperando cambiar la mesada y hace poco compré una", dice Beatriz, que vive con su esposo y sus dos hijos, Daiana y Carlos.

De a poquito

"Como vimos que era posible mejorar la casa de a poquito, empezamos a venir más seguido. ¡Acá las cosas vuelan!", afirma Gladis, que vive con su hija, su yerno y Fiorella, su nieta de seis años. "Nuestra casa no daba para más. Era de chapa y madera; llovía; era helada. Gracias a ellos, podemos estar tranquilos", dice emocionada.

"Este es un programa con un costo operativo elevado. No hacemos asistencialismo, pero a veces entregamos materiales a quienes vemos que no pueden pagarlos ni a un precio social. La idea es que ninguna familia se quede sin mejorar su casa por una cuestión de dinero", asegura Besuschio. Ellos retiran los materiales por los lugares donde son donados.

Los precios son considerablemente inferiores a los que se manejan en el mercado. Por ejemplo, un tubo fluorescente que se paga cerca de ocho pesos, en el corralón se puede comprar a 50 centavos. Pero más allá de las diferencias monetarias, quienes compran en el corralón encuentran una contención y un asesoramiento que no conseguirían en otros lugares.

Las necesidades principales son las chapas y los ladrillos. Quienes quieran hacer donaciones o comunicarse con el programa, pueden llamar al 4508-4705/06 o entrar en la página www.sagradafamilia.org.ar.

Desde hace 25 años, la Fundación Sagrada Familia trabaja en barrios en los que a partir de tareas de promoción y con la participación de las familias de escasos recursos económicos, desarrolla sus programas de vivienda. Brinda asistencia técnica, administrativa, financiera y de trabajo social, para que las familias puedan tener una casa digna.

La fundación trabaja en red con otras organizaciones sociales, empresas y organismos oficiales dedicados a la promoción social y personal de familias de bajos ingresos. Mientras la fundación aporta sus conocimientos y experiencia, las demás instituciones colaboran con tierras, fondos o conocimiento de comunidades que tienen la firme decisión de mejorar o cambiar su situación de vivienda, a partir del trabajo organizado y comunitario. Este año, por primera vez, participarán de Casa FOA.

El programa cuenta con un equipo de profesionales voluntarios que desarrollan prototipos e "inventan" soluciones constructivas para las necesidades de las familias.

Por Cynthia Palacios
De la Redacción de LA NACION

Para más información: www.sagradafamilia.org.ar

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