miércoles, 29 de agosto de 2007

"Para terminar con la inequidad social hay que reciclar las ganancias"

Reproducción de artículo de ieco.com.ar (Suplemento Económico de Clarín)

Lo dice Howard Richards, profesor de la Universidad de Earlham, Indiana y experto en economía solidaria. Se necesita un pacto social para redistribuir las ganancias de una manera más justa y terminar con las desigualdades, le dijo a iEco.com.ar. "El Estado no puede solo", asegura.

Por María Arce | marce@clarin.com

Howard Richards pasa sus meses entre Estados Unidos y Chile. Habla un español pausado y seguro que supo conseguir tras años de vida y recorridas por Latinoamérica. En el norte dio clases en el Business and Nonprofit Management Program de la Universidad de Earlham, Indiana, con la que está vinculado hace más de 35 años. Ahora, en el sur, se dedica a descansar y escribir libros. Acaba de presentar en Rosario Solidaridad Participación Transparencia, un trabajo que tiene aportes del ex intendente de esa ciudad, Hermes Binner; de Alicia Cabezudo, prestigiosa profesora de la Universidad de Naciones Unidas y de la Universidad Transcend, entre otros 23 autores. A eso vino al país, y a dar una serie de conferencias sobre la economía solidaria, un tema en el que es un experto a nivel mundial.

"Es una filosofía, una manera de definir la economía como un conjunto de instituciones que en la sociedad se da para atender a sus necesidades. Es una definición más social, más constructiva, y con más valores que lo que suele aparecer en los libros de ciencias económicas. Toda economía debe ser solidaria, el propósito debe ser que con la sumatoria de distintas instituciones que se desarrollan entre sí se llegue a al equidad, a la inclusión de todos", aclara Richards de entrada.

"La economía solidaria suele identificarse en primer término con los micro-emprendimientos, promovidos en general por las agencias públicas y privadas, pero también con la industria recuperada, las cooperativas de trabajo y con lo que se llama comercio justo: la concientización de los consumidores para que compren a precios justos para que los trabajadores tengan buenos sueldos. También es economía popular, es decir, el taxista que es dueño de su taxi, la pareja que tiene su cybercafe, su lavandería o su propio bar. Es toda economía en la que los trabajadores y los dueños son la misma persona. Es la economía de aquellas personas que tienen que trabajar para vivir y su recurso principal es el trabajo", continúa explicando.


Para Richards, uno de los principales problemas que enfrenta la economía actual es la de dar trabajo a todas las personas para achicar las brechas entre ricos y pobres y -lo más importante- acabar con la inequidad. "Alguien le tiene que dar empleo a todos. De alguna manera toda la gente debe tener su dignidad y lo necesario para vivir. Pero esto va más allá de que la gente tenga pan para comer y para vestirse. Necesitan dignidad y en nuestra cultura esto significa empleo. En otra cultura una persona sin empleo puede llegar a tener dignidad, pero en la nuestra no. La dignidad es una necesidad. Yo siempre digo que donde hay una necesidad hay un derecho y donde hay un derecho hay un deber", señala.


¿Quién tiene el deber de que la gente tenga vida digna y trabajo? "Estamos aprendiendo que es un deber que tenemos que asumir entre todos. Ya nos dimos cuenta que el Estado solo no puede ser la garantía. Hubo un tiempo en el que el Estado como última autoridad, tenía la responsabilidad de organizar la sociedad de modo que todo el mundo tuviese empleo. Incluso hay leyes en casi todos los países industrializados en las que dicen que el Estado se compromete a la política de empleo pleno. Pero la verdad es que en la época de la globalización el Estado no puede solo", resume.

¿La solución? "Tiene que haber un pacto social entre empresarios, Estado, activistas, tiene que ser una sumatoria de esfuerzos. La misma empresa tiene que verse como un buen ciudadano que aporta a la sociedad y no sólo busca el máximo de utilidades para sus accionistas. Y eso no es desconocer el papel social de la ganancia. Porque nadie sabe hacer funcionar una empresa sin contabilidad y nadie sabe hacer contabilidad si no hay un excedente –una ganancia- que la empresa produzca. Pero una vez que ese excedente existe, yo tengo, como accionista, que dedicarme a servir al prójimo y eso no estorba a los objetivos de la empresa. Hay que reciclar las ganancias, distribuirlas de una manera mejor. Esa es la gran solución al problema de Keynes para quien la sociedad de mercado es muy inestable y muy injusta porque hay una falla en la circulación del dinero que se para en algún punto y no permite llegar a la equidad", explica Richards.

Este profesor, especializado también en estudios para la paz, subraya que estamos en una época de consensos y que hay que aprovecharla. "En el siglo pasado el capital ganó y los trabajadores perdieron. Ese fue el saldo del siglo XX, pero hoy en día la gente que ganó se da cuenta que no le conviene esa ecuación porque las diferencias sociales llevan a la delincuencia (sin ser inocente, porque muchos se dedican a la delincuencia porque les gusta, dice). Entonces, no le conviene la pobreza, la violencia ni la contaminación. Hoy todos sabemos que hay que solucionar los grandes problemas sociales y cualquier intento serio por superar estos problemas tiene que ser desde la economía solidaria, desde una alternativa positiva", destaca.

Con este panorama, cada día más desolador, "el gran desafío es lograr una economía de mercado que no genere desigualdad y que incluya a todos". La economía de mercado actual genera desigualdad y excluye a mucha gente: a todos cuya fuente de trabajo nadie quiere comprar. "Como dice (el profesor argentino) José Luis Coraggio, hay que resignificar el mercado, para que el mercado se vuelva una institución útil que adoptamos porque nos sirve y en la medida en que no nos sirva la podamos modificar".

Howard Richards es en sí mismo un ejemplo viviente de lo que predica: "recibo una jubilación que viene de ganancias de empresas norteamericanas y como individuo hago mi presupuesto, para ver cómo puedo reciclar mis ingresos todo lo que pueda, al servicio del prójimo. Hay muchas teorías sobre la ética, pero siempre llegan a dos puntos en común: qué haces con tu dinero y qué haces con tu tiempo. Y yo con mi tiempo y mi dinero estoy tratando de -como recomendaría Ghandi- reciclar las ganancias que me tocan para que sirvan para crear trabajo y dignidad para mis vecinos".

Brasil respira sustentabilidad

Se reproduce un artículo del diario La Nación, del sábado 18 de agosto de 2007 que trata sobre una conferencia internacional en Brasil respecto de R.S.E.

Más de 2000 personas participaron de la Conferencia Internacional 2007 del Instituto Ethos, en San Pablo

La palabra sustentable fue la más mencionada durante la Conferencia Internacional 2007 de la organización social Ethos Empresas y Responsabilidad Social, realizado en la ciudad de San Pablo, Brasil. Empresa sustentable, ciudad sustentable, economía sustentable...

Pero, ¿qué implica exactamente este concepto? La sustentabilidad se construye con una sociedad civil educada, consciente de su papel y organizada, donde la empresa se piense como parte de la solución, donde el ciudadano adquiere un papel de conducción social. Donde las economías son sólidas si la sociedad es exitosa.

Para predicar con el ejemplo, la organización de la conferencia fue sustentable, ya que contó con un equipo de apoyo formado por personas con discapacidad, jóvenes, adultos mayores; espacios accesibles para personas con movilidad reducida; intérpretes de lengua de señas en las mesas redondas y plenarias; material en braille para personas ciegas; material de papel artesanal reciclado, entre otros.

La RSE no es opcional

El Instituto Ethos tiene nueve años de vida, un camino recorrido y de impacto en acciones e investigación de la Responsabilidad Social Empresaria (RSE) en su país. Los Indicadores Ethos para empresas, la Red Ethos de Periodistas, el Programa Tear para empresas, son herramientas que pisan fuerte en muchas compañías.

Más de 2000 personas y referentes mundiales disfrutaron de la conferencia, un espacio de responsabilidad socioambiental.

Uno de los directivos de Ethos, Ricardo Young, enfatizó: "Los desafíos por conseguir en las empresas y sociedades sustentables son: promover la profundización del conocimiento, mediante el desarrollo de herramientas de gestión como los indicadores, el banco de prácticas, los balances sociales; mejorar la capacidad de articulación y profundizar alianzas globales".

Durante la sesión plenaria Agenda Económica para la Sustentabilidad", Simon Zadek, ejecutivo de la ONG AccountAbility, anticipó algunos resultados de un estudio internacional, con 108 países, sobre la relación entre la práctica de la RSE y la competitividad en el mercado internacional. Entre las nuevas reglas planteó que "hay que planear lo inesperado; trabajar con emprendedores y buscar el verdadero Sur sin subestimar economías emergentes". Además, agregó que "lo importante es la capacidad de crear valor, pensar en oportunidades e innovaciones, y reconsiderar las cuestiones ambientales y sociales no como riesgos, sino como grandes oportunidades". Desde su óptica, los líderes deben salir de su zona de confort para encontrar nuevos aliados, nuevas soluciones y también involucrarse en política.

El rol de los medios

En una de las plenarias de la conferencia, editores de O Globo, Folha, Abril y Grupo Estado debatieron frente al público sobre la RSE de los medios de comunicación.

Argumentaron que por lo general las empresas periodísticas no tienen una política de RSE, aunque sí periodistas comprometidos con el tema. En relación con el contenido editorial, consideraron que es importante transformar el hecho social en noticia, ver qué tiene relevancia y merece divulgación.

Pero la principal conclusión fue que los medios no sólo deben difundir la RSE, sino apropiarse de ella en su propia gestión y en el tratamiento ético de la información.

Todo acto de consumo tiene impacto. Y desde el Instituto Akatu, una ONG brasileña, están convencidos de que un consumidor consciente tiene un enorme poder de transformar el mundo. Este poder es ejercido por cada persona en gestos cotidianos de compra de productos y servicios. Cuando estas acciones se tornan colectivas, generan el camino hacia una sociedad económicamente próspera, socialmente justa y ambientalmente sustentable.

El Instituto Akatu afirma que el actual mercado de producción y consumo es insostenible. Para satisfacer las necesidades de agua, materia y energía de más de 6 billones de personas que hoy viven en la Tierra, el hombre consume 20% más de lo que el planeta puede ofrecer.

Para frenar este impacto en Akatu promueven acciones cotidianas para que cualquier persona pueda contribuir a preservar el medio ambiente y mejorar la calidad de vida de todos. Proponen optimizar el uso del agua, evitar la utilización innecesaria de bolsas plásticas, usar racionalmente el papel, reducir el tiempo de baño, planificar las compras.

Por Florencia Saguier
De la Fundación Diario LA NACION

Contactos
www.ethos.org.br
www.akatu.org.br

Link permanente: http://www.lanacion.com.ar/935180

martes, 28 de agosto de 2007

Crecer con valores. Una empresa con principios no tiene fin

(se reproduce aquí un artículo del diario La Nación que trata sobre un encuentro reciente de hombres de negocio en la Ciudad de Mendoza y que invitamos a compartirlo con Ustedes. Que lo disfruten)

Para crecer con valores
Doscientos hombres de negocios se comprometieron, en Mendoza, a impulsar transparencia y buenas prácticas sociales

MENDOZA.- La ciudad de Mendoza sirvió como plataforma de despegue de un movimiento nacional creado para irradiar a todo el país prácticas comerciales inspiradas en la responsabilidad social empresaria.

Con ese fin, casi 200 hombres de negocios de Rosario, Córdoba, San Juan, Entre Ríos y Mendoza comprometieron su apoyo fundacional a la corriente Empresas en Movimiento hacia la Responsabilidad Social. Sin ser una organización civil, promoverá oportunidades de intercambio de experiencias en buenas prácticas, como la lucha contra el trabajo infantil, la defensa del medio ambiente y los negocios transparentes.

"El objetivo de este movimiento es trabajar para que, entre todos, cambiemos el clima de responsabilidad de la comunidad empresaria argentina", dijo a Comunidad, el coordinador del grupo y dirigente de Valos, Emiliano Fazio.

Una de las novedades es la redacción de un modelo de acuerdo voluntario de ética que pueden suscribir las empresas adherentes al movimiento con sus proveedores y clientes. Entre otros puntos, el pacto propicia que las partes asuman los siguientes compromisos:
 Prohibir expresamente pagos o cobros irregulares que tengan como objeto facilitar negocios e influir decisiones en beneficio personal y de la empresa.
 Respetar la legislación que prohíbe el trabajo no registrado.
 Prohibir el trabajo infantil dentro de las empresas.
 Promover el entrenamiento, capacitación y desarrollo del personal.
 Cumplir las normas medioambientales de manera de no contaminar con los procesos industriales propios.
 Hacer un uso racional de la energía y el agua.
 Fomentar el consumo responsable del alcohol y la educación vial.

El presidente de la ONG Moverse de Rosario, Federico Seineldín, sostuvo: "La propuesta busca generar un lugar de reflexión entre los empresarios que piensan que hay otra forma de producir y de consumir. Debemos transmitir que si hacemos las cosas bien construimos capital social y si eso pasa estarán bien nuestros empleados, proveedores, accionistas, el barrio y el gobierno. Nos conviene a todos como sociedad".

Añadió: "Hay que tratar de cambiar algunas cosas del ADN de las modalidades de gestión actuales".

Con el lema Una empresa con principios no tiene final, el grupo lanzó además una campaña de difusión para promover los negocios con valores y el ejercicio de la responsabilidad con la comunidad.

Los organizadores crearon un logotipo semejante al símbolo del infinito, que podrá ser exhibido en los negocios, cartelería, folletos y envoltorios de cada firma que se adhiera. Tiene por objeto "generar una explosión de ética en la comunidad empresarial", para lo que fueron invitadas todas las empresas que "entienden la necesidad de recuperar los valores universales en su forma de hacer negocios".

Entre otros mensajes, con la campaña se exhorta a "negociar con valores porque no existen las empresas exitosas en sociedades deterioradas".

Silvia D´Agostino, presidenta del Consejo Empresario de Entre Ríos, es otra de las fervientes impulsoras del movimiento, porque considera que los hombres de negocios del país "deben involucrarse y ejercer su ciudadanía". En ese orden sostuvo: "Si la gente quiere una provincia, un país o un municipio distinto tiene que trabajar con todas las fuerzas políticas, sociales y económicas, buscando consensos".

Para el titular de Cáritas Mendoza, padre Carlos García, la iniciativa de dar impulso a la responsabilidad social empresaria merece ser apoyada y sostuvo: "La posibilidad de crecer en valores enriquece a todos".

La creación de la red se anunció durante la realización de el Foro Valos 2007, que tuvo como lema El desafío de crecer con valores, y que congregó a 400 hombres de empresa, dirigentes políticos, ONG y profesionales que participaron en mesas de intercambio sobre experiencias de responsabilidad social empresaria.

Por Sergio Dimaría
De la Redacción de LA NACION

Contactos

www.empresasconvalores.org

miércoles, 22 de agosto de 2007

Basura tecnológica

El inevitable y necesario reciclado responsable de los equipos

Se escucha mucho en el mundo de los negocios la frase que dice “lo único permanente es el cambio” o “adaptarse o morir”. El cambio permanente y de la velocidad del mismo hace que las organizaciones tengan que buscar adaptarse y ser flexibles para no quedar relegadas en mercados cada vez más competitivos.

Y la tecnología es parte integrante, sustancial y hasta originaria de los cambios en las empresas. Respecto de esto, las computadoras, los servidores, impresoras, etc entran en obsolescencia en forma constante y esto genera una “basura tecnológica” o “scrap” que tiene diferentes destinos según la conducta de la empresa que genere ese “residuo”.

Es muy importante tener en cuenta que todos esos equipos no se pueden ni se deben “tirar” a la basura, más allá que su uso sea prácticamente descartado por cualquier organización. Habrá que tener en cuenta que antes que arrojar en cualquier lugar estos equipos, existirán organizaciones del tercer sector o sin fines de lucro que podrán reciclar y utilizarlos para su cotidiano desenvolvimiento.

Es importante tener en cuenta que en promedio cada equipo que se utiliza en una oficina o dependencia de una organización cuenta con la siguiente composición

Materiales ferrosos 27 %
Materiales no ferrosos 25,5 %
Plásticos 24,5 %
Vidrio 12 %
Metales preciosos 7%
Otros 4 %
Componentes peligrosos 3 %

Fuente: CAMOCA (Cámara Arg. de Máq. de Oficina, Comerciales y Afines)

Dada esta composición es dable comentar que se hace indispensable un destino claro, posible y serio para los equipos sin el desperdicio de los mismos, ya que son de difícil y hasta muy prologanda descomposición, provocando serios daños al medio ambiente.

Quedará para una autoridad de contralor verificar que ninguna organización deseche irresponsablemente los equipos que utiliza.

Y como siempre, espero que este tema nos llame a la reflexión



Lic. Luciano Daniel Ricchetti
Foro Empresario Argentino
Area Resp. Social Empresaria


Para más información ingresar a los sitios
www.escrap.com.ar
www.camoca.com.ar
www.ecoportal.net/content/view/full/59839
www.planetapolitica.com.ar/2007/05/07/que-hacer-con-la-basura-tecnologica/

martes, 21 de agosto de 2007

Sumar materiales para multiplicar los sueños de miles de familias

Dar materiales para que todos puedan tener una casa digna. Un programa vincula a quienes tienen sobrantes de obra y quienes los necesitan (artículo periodístico del diario La Nación, de agosto de 2007)

Gladis Gómez siente que su casa ahora es una casa. Hace dos años se mudó a una casilla de chapa en el bajo Boulogne. Después, su casita tuvo paredes de material, y ahora, recién ahora, pudo mejorarla puertas adentro.

Arregló la cocina; puso aberturas; compró camas y placares. Nada de todo esto hubiera sido posible si no existiera el corralón del programa Sume Materiales de la Fundación Sagrada Familia.

El proyecto facilita a las familias más necesitadas el acceso a los materiales para la construcción y/o refacción de sus viviendas, a un valor diferencialmente menor. El sistema es simple: quienes tienen materiales que no utilizan o les sobraron de sus construcciones los donan para que otros puedan comprarlo a un precio muy inferior al del mercado.

"Hay una gran cantidad de recursos disponibles desaprovechados, como sobrantes de refacción, artículos de producción discontinuados, remanentes de obras nuevas. En el taller, se reparan para ponerlos en condiciones para su uso, y en el depósito se acopian y se clasifican. Luego se venden a un precio especial", explica Alejandro Besuschio, coordinador del programa Sume Materiales, de la Fundación Sagrada Familia.

"En muchas oportunidades, la fundación recibía donaciones y nos faltaba espacio", cuenta Besuschio. La crisis y la falta de pequeños créditos para familias que deseaban mejorar sus viviendas empujaron a la fundación a darle impulso a este proyecto. En un predio de Boulogne, que pertenecía al ferrocarril y les cedió la municipalidad de San Isidro, abrieron el corralón en marzo de 2004.

En el último año, unas 800 familias compraron materiales con descuento en el corralón de Guayaquil y Bogado. Pero también van a comprar quienes trabajan en organizaciones sociales que cuentan con poco presupuesto. "El 70% de quienes nos compran son familias humildes que reciben un precio especial, y el 30% son particulares", agrega el coordinador.

Todos los productos llevan un código que permite a quien los donó conocer el destino de su donación. Además, el programa está en plena certificación de las normas ISO 9001, para seguir creciendo y brindar un mejor servicio. "Llama la atención porque somos una organización no gubernamental, pero nos manejamos como una empresa. Nuestra idea es tener los materiales el menor tiempo posible. Cobramos barato, pero queremos que rote mucho", destaca Besuschio.

Gladis Gómez y Beatriz López son vecinas y se conocen desde hace años. Saben que las cosas no están mucho tiempo en el corralón y se pasan el dato de los materiales que están esperando. "Vengo seguido porque sé que somos muchos los que queremos mejorar nuestras casas... Me pasé años esperando cambiar la mesada y hace poco compré una", dice Beatriz, que vive con su esposo y sus dos hijos, Daiana y Carlos.

De a poquito

"Como vimos que era posible mejorar la casa de a poquito, empezamos a venir más seguido. ¡Acá las cosas vuelan!", afirma Gladis, que vive con su hija, su yerno y Fiorella, su nieta de seis años. "Nuestra casa no daba para más. Era de chapa y madera; llovía; era helada. Gracias a ellos, podemos estar tranquilos", dice emocionada.

"Este es un programa con un costo operativo elevado. No hacemos asistencialismo, pero a veces entregamos materiales a quienes vemos que no pueden pagarlos ni a un precio social. La idea es que ninguna familia se quede sin mejorar su casa por una cuestión de dinero", asegura Besuschio. Ellos retiran los materiales por los lugares donde son donados.

Los precios son considerablemente inferiores a los que se manejan en el mercado. Por ejemplo, un tubo fluorescente que se paga cerca de ocho pesos, en el corralón se puede comprar a 50 centavos. Pero más allá de las diferencias monetarias, quienes compran en el corralón encuentran una contención y un asesoramiento que no conseguirían en otros lugares.

Las necesidades principales son las chapas y los ladrillos. Quienes quieran hacer donaciones o comunicarse con el programa, pueden llamar al 4508-4705/06 o entrar en la página www.sagradafamilia.org.ar.

Desde hace 25 años, la Fundación Sagrada Familia trabaja en barrios en los que a partir de tareas de promoción y con la participación de las familias de escasos recursos económicos, desarrolla sus programas de vivienda. Brinda asistencia técnica, administrativa, financiera y de trabajo social, para que las familias puedan tener una casa digna.

La fundación trabaja en red con otras organizaciones sociales, empresas y organismos oficiales dedicados a la promoción social y personal de familias de bajos ingresos. Mientras la fundación aporta sus conocimientos y experiencia, las demás instituciones colaboran con tierras, fondos o conocimiento de comunidades que tienen la firme decisión de mejorar o cambiar su situación de vivienda, a partir del trabajo organizado y comunitario. Este año, por primera vez, participarán de Casa FOA.

El programa cuenta con un equipo de profesionales voluntarios que desarrollan prototipos e "inventan" soluciones constructivas para las necesidades de las familias.

Por Cynthia Palacios
De la Redacción de LA NACION

Para más información: www.sagradafamilia.org.ar

jueves, 9 de agosto de 2007

Super sopa. Una solución para la pobreza extrema

El Programa Super Sopa se desarrolla en la Universidad Nacional de Quilmes, involucrando diferentes sectores de la entidad educativa.

Directivos, egresados y estudiantes de la carrera Ing. en Alimentos de esta Universidad trabajan para elaborar un alimento de calidad, sabroso, natural, de composición balanceada y bájisimo costo ($ 0.17 la porción).

La misión de nuestro programa es producir, gestionar y coordinar la entrega de este alimento a comedores comunitarios , a través de la venta al costo o a través de particulares, instituciones o empresas que apadrinen o asistan comedores carenciados.

También se brinda el asesoramiento para la Transferencia Tecnológica de la planta a aquellos interesados en replicar el programa en diversos puntos del país.

Para más información tipeá el link
http://www.supersopa.unq.edu.ar/

miércoles, 8 de agosto de 2007

Nuevos sistemas constructivos. Más baratos y de mayor alcance social

Vivienda social. Barrio Los Piletones. Ciudad de Buenos Aires.
Construyen 36 edificios con un sistema prefabricado que emplea placas de poliestireno en paredes, pisos y techos; cuesta US$ 230 el m2
Miércoles 8 de agosto de 2007 | Publicado en la Edición impresa Noticias de Arquitectura. Diario La Nación.

La Corporación Buenos Aires Sur desarrolla en el barrio Los Piletones, en Villa Soldati, un complejo para que 432 familias puedan acceder a viviendas de buena calidad y con un costo muy inferior al de la construcción tradicional.

La obra, que comenzó en febrero y estaría terminada en noviembre, está a cargo de la Fundación de las Madres de Plaza de Mayo, que ganó la licitación pública, en la que se presentaron también otros cuatro proyectos privados.

El ministro de Producción del GCBA, Enrique Rodríguez, considera que "esta iniciativa dispone de un presupuesto total de 24 millones de pesos", y destaca que las dimensiones se ajustan a lo establecido en el Código de Planeamiento Urbano; además, habrá equipamiento completo de las unidades (incluso losa radiante) e infraestructura de servicios. Por otra parte, destaca: "El costo total por m2 será de 230 dólares, y 310 si se incluye la infraestructura, un costo menor frente a los 500 o 600 dólares por m2 de la construcción tradicional".

La obra, 36 edificios de tres plantas con 12 departamentos en cada uno, tendrá otra ventaja urbanística, porque se desarrolla en Avda. Castañares y Lacarra, frente al parque Indoamericano, uno de los espacios verdes más extensos de la ciudad. A esto se suma que la urbanización dispondrá de espacios internos abiertos, con consorcios de baja densidad demográfica.

Sistema constructivo

Una novedad es que se utiliza un sistema de construcción en seco originario de Italia y poco difundido en nuestro país, aunque tiene una antigüedad de 20 años y hay 27 plantas en todo el mundo. Con el método de construcción M-2, fabricado en nuestro país por La Barraca (ver recuadro), no se usan columnas ni vigas, las paredes no llevan ladrillos ni necesitan cimientos: se levantan sobre plateas de hormigón armado, a partir de paneles de poliestireno expandido F (telgopor de alta resistencia al fuego) envueltos en una doble malla de acero a los que se les proyecta concreto con un compresor y una pistola especial. "Se logra una resistencia estructural similar a la construcción tradicional, no se producen fisuras, son ignífugos, producen aislamiento térmico y acústico", explica el jefe de planta de La Barraca.

En esta obra se utilizan espesores de 8 cm en las paredes y 6 cm en las losas, pero que alcanzan hasta 15 y 20 cm de espesor si se tienen en cuenta las mallas y el concreto. Las viviendas proyectadas son departamentos de 60 m2, con un living-cocina, tres habitaciones y dos baños. También está prevista la construcción de una escuela, comercios, jardín maternal, parquización, iluminación y apertura de calles. El Estado estará presente mediante un Centro de Gestión y Participación.

Fernando G. Caniza

Fábrica de casas

Con la refuncionalización de un viejo depósito de lanas, exponente de la arquitectura industrial ladrillera de 1921, se localizó la fábrica del sistema constructivo M-2, empleado en el barrio Los Piletones, con proyecto del estudio Arquitectónika (López / Leyt / López / Yablon arquitectos), Asociado arquitecto Daniel de la Rosa.

El conjunto denominado La Barraca, en Avda. Pedro de Mendoza 3825 (esquina Montes de Oca), consta de tres cuerpos alrededor de un patio central, que actúa como calle interna de acceso. La fábrica de poliestireno expandido (aún en proceso de habilitación) se ubicó al fondo; el depósito, sobre una medianera, y la fábrica de paneles, en la nave con frente a ambas avenidas. En el área administrativa, a la izquierda del ingreso, se incorporó un acceso vertical que cose los niveles: "Se recuperaron 5200 m2 de galpones y oficinas con nuevas instalaciones eléctricas, sanitarias y de gas, con énfasis en la instalación contra incendio", detalla el arquitecto Darío López. Se cambiaron los pavimentos por pisos de hormigón armado, y se ejecutaron rampas para vincular la calle central con los galpones. También se realizó la remodelación de baños y cocina, y de un sector de planta baja y entrepiso para uso de oficinas y aulas.

En la fábrica, que dirigen en conjunto el GCBA y la Fundación Madres de Plaza de Mayo, trabajan 12 personas por turno produciendo 4500 m2 de paneles por día, y se dispone espacio suficiente en la planta alta para ampliar la capacidad de producción al doble. Con este sistema también construyen en la villa 15, Ciudad Oculta, otras 70 casas.

En Los Piletones se crearon 400 empleos; el 90% de los puestos de trabajo se cubrió con hombres y mujeres desocupados que reciben capacitación en obras y un jornal.

Para opinar



¿Conocía este sistema constructivo?


¿Qué otros materiales o productos industrializados pueden ayudar a abaratar la construcción?


Comparta otras experiencias exitosas en vivienda social

Link de la nota:
http://www.lanacion.com.ar/edicionimpresa/suplementos/arquitectura/nota.asp?nota_id=932571

miércoles, 1 de agosto de 2007

Una herramienta de equidad a nuestro alcance.

En todas las facetas de la vida comercial de una organización la responsabilidad es un valor sin e qua non, debido a la permanente exposición con que cuenta una firma, ya que se expone a clientes, proveedores, empleados y comunidad en general.

Respecto de la incorporación de suministros, insumos, materias primas o productos terminados para su recomercialización, es ahí donde la responsabilidad social empresaria se hace presente de una manera muy importante.

En esta faceta somos clientes. Como consumidores tenemos la posibilidad de hacer valer lo que compramos. Cada producto tiene un precio, generalmente dado por la competencia en diferentes mercados. Ese precio es único pero el valor que le asignamos a cada artículo varía según la concepción que tenemos de las cosas.

En un mundo en permanente cambio y evolución, también crece la exigencia de los consumidores. Los mismos se encuentran cada vez más deseosos de encontrar más valor por lo que compran. Y es importante que ese valor tenga incorporado el respeto por las normas.

Y como se pueden respetar las normas y reglamentaciones a través de la comercialización de los productos? No es posible que se vendan productos, cuya elaboración daña el medio ambiente. Tampoco es aceptable que se vendan productos o servicios generados por personas indocumentadas, explotadas, mal pagas o en la informalidad (léase, en negro). Como tampoco es posible que se vendan productos de empresas que no cumplen con normas éticas o de libre competencia.

Como consumidores y como empresas, debemos ser concientes de que los productos y servicios que adquirimos, fabricamos o generamos tienen que respetar las normas. Es allí donde empezamos a "igualar para arriba" y permitimos que se desarrollen equitativamente y competitivamente los mercados donde nos hallamos inmersos.

Está más que comprobado que los clientes son y somos capaces de pagar más dinero si hace falta con tal de comprar productos de empresas con responsabilidad social. No olvidemos que el cliente está cada vez más informado, capacitado y comunicado con otros clientes. Y las malas experiencias de compra se expanden con gran rapidez en esta aldea global.

Como siempre, espero que este tema nos llame a la reflexión.

Lic.Luciano Daniel Ricchetti
FOEMA. Area Resp.Social Empresaria